El lector Mariano Fernández pretende, sin argumento, desechar los irrefutables datos sobre el daño que las ideas de izquierda han generado en California y que expuse en mi última columna.
La historia constitucional de Chile es una razón poderosa que debe estar presente en el proceso constituyente.
Al terminar el proceso constituyente que ahora empezamos sabremos si la Constitución de 1980 'neutralizaba la política' o sólo establecía límites a los políticos.
Sin perjuicio de que la historia constitucional será vital en el proceso constituyente, nunca podrá servir un argumento comodín destinado a aquietar artificialmente la incertidumbre que genera este proceso.
Llama la atención la inconsistencia que supone demandar más espacios de democracia directa en el proceso constituyente y al mismo tiempo pretender manipular la decisión popular del Plebiscito Nacional.
En más de una ocasión se ha comentado lo necesario que es para nuestra sociedad, y proyecto de país, seguir una senda común basada en nuestra propia historia, el respeto a las instituciones y habitantes.
Ya que los diputados y senadores están tirando toda nuestra institucionalidad a la chuña, el Presidente debería cambiar su pusilánime estrategia y frenar el desastroso caos en que está dejando nuestras pensiones, finanzas públicas y país.
Algunos parlamentarios, para justificar el segundo retiro de los fondos de pensión, han dicho que el esfuerzo del Gobierno ha sido insuficiente.
No le hace bien al proceso constituyente el mito según el cual hay un sector político que a través de la obtención de un poco más de un tercio de los convencionales tendría una facultad de veto que sería nociva para la redacción de una nueva Constitución.
El coliseo chileno está hambriento. Las masas gritan y por medio de sus trending topic y poderosísimos hashtags claman por espectáculo.
En este intercambio con Guillermo Larraín ha quedado claro: 1. Que el capitalismo, con la creación de riqueza que permite, es la condición necesaria para cualquier redistribución posterior de manos de un 'Estado benefactor' y no al revés...
Si bien, el Acuerdo del 15 de noviembre de 2019 fue el inicio del proceso constituyente ahora en curso, también fue el fin de una batalla cultural.
n carta de ayer, Guillermo Larraín señala que el Estado benefactor sería una 'condición habilitante' del capitalismo.
Este sábado venció el plazo establecido por el Servel para que renuncien las autoridades que deseen competir por un cargo de las elecciones populares del próximo año.
No hay que ser un experto en politica para notar la clara incomodidad de la oposición con el protagonismo de Pamela Jiles como la diva del Congreso.
Las constituciones 'son cadenas con las que los hombres se atan en sus momentos cuerdos para no morir por una mano suicida en el día de su frenesí.
La existencia de un plebiscito antes del proceso constituyente no es tan corriente en la experiencia comparada, máxime si lo contrastamos con el masivo uso de este mecanismo para efectos de ratificar una nueva constitución.
Los resultados de la encuesta '¿Qué piensas de la corrupción en Chile?' realizada por la Contraloría General de la República deben interpretarse como una campanada de alerta sobre el futuro del prestigio institucional de nuestro país.
Ahora que iniciamos un proceso constituyente, hay quienes han sostenido que es tiempo de conversar acerca del tipo de Carta Fundamental que queremos.
Por el reportaje de Informe Especial pudimos concluir que parlamentarios muy dados a ver la paja en el ojo ajeno no solo eran incapaces de advertir la viga en el propio, tampoco notaron el techo, el piso y las paredes.
«La libertad no se pierde por
quienes se esmeran en atacarla, sino por quienes
no son capaces de defenderla»