El feminismo, como movimiento internacional, fenómeno social y conjunto de ideas tanto prescriptivas como normativas ha venido protagonizando los diferentes frentes en el escenario político occidental. Desde la visión de mundo hasta la formulación de políticas públicas se asumen con criterios de género y propiamente feministas con el objetivo ya sea de reparar injusticias, fomentar la igualdad y la inclusión, como también visibilizar problemáticas complejas que, hasta no hace mucho, se encontraban invisibilizadas.
Pero si bien el legado de lo que se ha llamado el feminismo de primera ola con sus fundamentos liberales ha sido lo más importante para el nacimiento y logros del movimiento, desde la segunda ola del feminismo, originada en los albores del Mayo Francés, y el impacto de la tercera ola de carácter más culturalista adoptando categorías socialistas de la segunda ola, el movimiento general se ha desviado por un horizonte político radical y en algunos casos extremistas, el cual termina perjudicando no sólo al movimiento y sus orígenes loables, sino también a las mujeres que dice proteger.
Con la finalidad de comprender los fundamentos filosóficos del feminismo, sus raíces históricas, los principios liberales que dieron su origen y los análisis contemporáneos en torno a los desafíos del movimiento en nuestros días, te presentamos este especial en el que podrás encontrar nuestros mejores materiales referidos a este fenómeno.
«Mientras el movimiento feminista se limite a igualar los derechos jurídicos de la mujer con los del hombre, a darle seguridad sobre las posibilidades legales y económicas de desenvolver sus facultades y de manifestarlas mediante actos que correspondan a sus gustos, a sus deseos y a su situación financiera, sólo es una rama del gran movimiento liberal que encarna la idea de una evolución libre y tranquila. Si, al ir más allá de estas reivindicaciones, el movimiento feminista cree que debe combatir instituciones de la vida social con la esperanza de remover, por este medio, ciertas limitaciones que la naturaleza ha impuesto al destino humano, entonces ya es un hijo espiritual del socialismo.»
Hoy, en la mitad de esta pandemia que tiene al mundo dado vuelta, se hizo popular otro término: 'sinofobia', el odio irracional y discriminatorio contra los chinos.
Este nuevo feminismo dejó de ver al hombre y la mujer como iguales y posibles complementos -pero nunca enemigos-, para tratarlos como dos polos antagonistas, donde la víctima y el perpetuador son universales, colectivos y con continuidad histórica.
Resulta un error homogeneizar todo el movimiento feminista, amparados en acciones o consignas que no representan el sentir mayoritario.
El feminismo predominante hoy en día es un proyecto intolerante y anticientífico, cuyas principales víctimas son las mismas mujeres.
Reivindicaciones femeninas completamente justificadas quedan en manos de voceras y monigotes que son un insulto a la inteligencia humana. No adherir a ellos no sería un error, sino una herejía.
¿Es que acaso antes del capitalismo no había misoginia ni patriarcado? ¿O habrán sido capitalistas los Selk'nam?
«La libertad no se pierde por
quienes se esmeran en atacarla, sino por quienes
no son capaces de defenderla»