Los "Chicago boys" son los padres fundadores del Chile moderno, uno en el cual todos, pero especialmente los más pobres, viven mucho mejor. Esa es la verdad.
El interés de cada uno sólo puede realizarse sirviendo el interés de otro. Ese es el gran secreto de una economía basada en la libertad de las personas.
Lo realmente importante son instituciones, reglas del juego y reformas estructurales que protejan las mejoras de productividad y eficiencia.
Mientras el PC cubano avanza hacia EE.UU., necesita disimular sus pasos detrás de banderas rojas, cánticos revolucionarios y la barba cana y rala de Fidel Castro.
Prometer lo que no se puede cumplir, en todos los países termina con crisis económica, destrucción de instituciones y problemas de convivencia social. El arte de gobernar se ha transformado en el arte de chamullar.
Todo quiebre, toda ruptura, toda conversión en política exige cierto luto, una travesía por el desierto, una por lo menos breve etapa de retiro, reflexión y redefinición para que sea creíble y no se confunda con oportunismo.
Cuando un 25 de abril de 1988, durante el programa De Cara al país, Ricardo Lagos interpeló a Pinochet a través de las cámaras, en el fondo estaba haciendo explícita la contraposición entre lo político y lo no político.
En el siglo XXI, el poder es más fácil de adquirir, más difícil de utilizar y más fácil de perder
Siete son, en mi opinión, los aportes que el Gobierno dejará como positivo legado en parte considerable de la población:
Mansuy, al igual que recientes obras de Axel Kaiser, se propone brindar claves para comprender la crisis chilena, déficit que no sólo sufre la derecha.
He escrito estas palabras recordando hechos que me avergüenzan, y quiero hacerlas públicas, ya que el motivo de mi vergüenza es parte de un triste capítulo de la historia de nuestro país.
En escenarios así, aparecen los charlatanes y demagogos que prometen acabar con el hastío y lo hacen a costa de la democracia y la política.
Es cómodo para los que se han dedicado a destruir la responsabilidad individual y la familia endilgarle al Estado que se haga cargo de sus obligaciones, reclamando una "pensión digna" para sus padres, financiada por los hijos y ahorros de otros.
Si el concepto de destrucción creadora de Joseph Schumpeter pudiera extraerse de la economía para aplicarse al tránsito espiritual e intelectual de algún personaje chileno, sin duda Sebastián Edwards sería el elegido.
Resulta increíble que muchos empresarios en Chile aún hoy no entiendan lo que está en juego y el nivel en que debe darse la batalla.
Otra discriminación a la que ya me acostumbré es aquella que ejercen los centralistas de Santiago hacia quienes optamos por no vivir allá. ¿Cómo, siendo chileno, se puede no vivir en Santiago?"
La discusión previsional es compleja y debe ser tomada con responsabilidad.
Hace un siglo la primera globalización se hundió ante una espantosa reacción antiliberal de la que nacieron los grandes totalitarismos modernos. De esa triste historia debemos aprender para no repetirla.
¿Nos identificaremos otra vez con quienes idealizan al Estado y postulan que debe resolvernos los problemas?
Muchas veces quitarnos la libertad en dosis pequeñas es una estrategia del poder. Por lo mismo, es intolerable que la política se transforme en un alimento con altos grados de control estatal.
«El progreso no es una bendición ininterrumpida.
A menudo viene con sacrificios y luchas.»