Durante estos días se cumplen ya dos años desde el estallido social iniciado el 18 de octubre del 2019, y del cual todavía estamos viviendo sus repercusiones en distintos aspectos, como lo político, lo constitucional, y así como también sus consecuencias en materia de violencia y destrucción del espacio público.
Está enredada la elección presidencial. Pocos saben por quién votar y menos quién va a ganar. Además, la esquizofrenia electoral que nos ataca hace todo más complicado y volátil. Y los candidatos no ayudan mucho en todo caso. Empeoran todo la verdad.
Se dice que Danton, uno de los impulsores de la revolución en Francia, le dijo a su amigo Lacroix camino al cadalso: "Amigo, si en el país al que vamos hay revoluciones, hazme caso, no nos mezclemos".
Algo poco mencionado cuando se recuerda la caída de la UP es que los afanes insurreccionales de una parte importante de la izquierda de ese entonces quitó enjundia a la promesa democrática de "la empanada y vino tinto" de Allende.
Estando a meses de una elección presidencial me parece lamentable que el tema de la semana pasada haya sido si un candidato retiró o no parte de los fondos destinados a su pensión, sobre todo en estas elecciones.
Nos hemos “latinoamericanizado” en materia financiera, dejando de ser el país símbolo de la seriedad y de la responsabilidad fiscal, tomando el camino derecho hacia un subdesarrollo económico-financiero de la mano de los retiros.
Hay que tener particular atención en aquellas candidaturas presidenciales que prometen más gasto público, un mayor rol del Estado en la economía y mayor gasto para la ciudadanía a punta de impuestos, ya que estas propuestas no resuelven el problema fiscal de fondo, sino que lo podrían acrecentar aún más.
He seguido las propuestas de Gabriel Boric y vi a Nicolás Grau, su jefe programático, en el CEP. Es admirable el desenfado y elocuencia con que expresan malas ideas.
Jaime Bassa llegó a subir una foto a Instagram reverenciando a la ciudad de Santiago en llamas. Era una foto junto a su colega Elisa Loncón, con toda esa estética de colores, fuego y épica. Más un adolescente que un constituyente.
Es la primera medición internacional de nuestro estado institucional y económico, relacionado con nuestras libertades, desde que ocurrió el estallido social, y sus resultados no podrían haber sido peores: la peor caída de posiciones del país desde que se tenga registro.
El inciso tercero del artículo 133 de la Constitución dice: «La Convención deberá aprobar las normas y el reglamento de votación de las mismas por un quórum de dos tercios de sus miembros en ejercicio».
La pureza política no existe y el supuesto pueblo “puro” e “iluminado” es una mera ficción de ideólogos emborrachados con el asambleísmo y la democracia radical
Es además, potencialmente, una lección para Chile el que un liberalismo sin complejos pueda convertirse en una fuerza política determinante
Para el comunismo hay una verdad, un partido y un camino para lograrla. Por eso los que cambian de opinión son traidores.
La tensión y enredo sobre los 2/3 no fue —ni es, ni será— solo culpa del amor que tienen los comunistas por destruir democracias, sino que también gracias a Fernando Atria.
La ciudadanía demanda cambios urgentes para reivindicar la política, donde la honestidad y responsabilidad sean elementos neurálgicos para nuestra convivencia cívica.
Las democracias tampoco se libran de los mentirosos. La gracia, sin embargo, es que en ellas existe prensa libre que investiga, indaga y revela.
El caso del notario zombi, entonces, nos permite cuestionar profundamente el actual paradigma notarial y reflexionar acerca de si no existirán mejores mecanismos, más efectivos, transparentes y fáciles de usar, para resguardar la fe pública, que nuestro actual vetusto sistema notarial.
Los chilenos le tenemos miedo a la verdad y preferimos esconderla que abrazarla y pagar el costo por ello. Como consecuencia de este rasgo idiosincrático, casi todo lo que se dice con impacto público raya en la mentira
Impuestos altos suponen menos crecimiento y, lo que es más importante, menos libertad.
«El progreso es imposible sin cambio, y aquellos
que no pueden cambiar sus mentes,
no pueden cambiar nada.»