Hoy, en la mitad de esta pandemia que tiene al mundo dado vuelta, se hizo popular otro término: 'sinofobia', el odio irracional y discriminatorio contra los chinos.
Este nuevo feminismo dejó de ver al hombre y la mujer como iguales y posibles complementos -pero nunca enemigos-, para tratarlos como dos polos antagonistas, donde la víctima y el perpetuador son universales, colectivos y con continuidad histórica.
Resulta un error homogeneizar todo el movimiento feminista, amparados en acciones o consignas que no representan el sentir mayoritario.
El feminismo predominante hoy en día es un proyecto intolerante y anticientífico, cuyas principales víctimas son las mismas mujeres.
Reivindicaciones femeninas completamente justificadas quedan en manos de voceras y monigotes que son un insulto a la inteligencia humana. No adherir a ellos no sería un error, sino una herejía.
¿Es que acaso antes del capitalismo no había misoginia ni patriarcado? ¿O habrán sido capitalistas los Selk'nam?
«La libertad no se pierde por
quienes se esmeran en atacarla, sino por quienes
no son capaces de defenderla»