Reivindicaciones femeninas completamente justificadas quedan en manos de voceras y monigotes que son un insulto a la inteligencia humana. No adherir a ellos no sería un error, sino una herejía.
Lejos de ayudar, la burbuja de sobreprotección dentro de la cual padres y autoridades de todo tipo encapsulan a niños y jóvenes incrementa su fragilidad psicológica, contribuyendo a crear una cultura intolerante y proclive al autoritarismo.
Es la culpa y no la inocencia la que debe ser probada, y es el Estado el que debe destruir dicha presunción y nunca al revés.
El resultado de esta histeria protectora es infantes eternos, incapaces de desarrollar la resiliencia que la vida adulta requiere.
Si queremos una sociedad civilizada debemos poner a la razón como el instrumento central de juicio y desplazar el sentimentalismo del debate público.
El populismo como síndrome esencialmente anti-elitista.
El populismo surge cuando la razón pública es desplazada por la pasión desmedida e histérica del mesianismo político.
El populismo surge en sociedades cuyos cimientos democráticos, su cultura democrática, están mermados no solo por la acción de élites y oligarquías irresponsables, sino por la apatía política creciente de los ciudadanos.
Más allá de las generalidades y los clichés en boga sobre el votante populista existe una realidad concreta mucho más compleja que sólo puede ser captada mediante estudios pormenorizados y actualizados.
Hace 100 años nació un régimen político, inspirado por el sueño de Marx, que causaría estragos durante el siglo XX: el totalitarismo.
La santificación de los líderes refleja la persistencia de la postura mística que adoptan los ciudadanos ―o mejor dicho feligreses― frente a sus líderes. Peor aún, aquello anula cualquier juicio crítico frente a la acción de los gobernantes, a lo que se les considera,más allá de su limitada humanidad, como ángeles o demonios.
Mauricio Rojas dirige la cátedra Adam Smith de la Universidad del Desarrollo y es Senior Fellow de la FPP. Este texto es una versión íntegra del discurso de su lanzamiento.
Bachelet ha abonado el terreno para la ideología y la demagogia en Chile, acercándonos peligrosamente a la desastrosa ruta de otras naciones que han caído en el engaño populista.
Las respuestas populistas o nacionalistas son respuestas simples y destructivas ante preguntas complejas.
Resulta decepcionante ver cómo la derecha vuelve a abrazar un misticismo estatal parecido al de la izquierda que le hace imposible plantear una alternativa real a la social democracia.
En los últimos tiempos hemos mecanismos electorales que crean un poder prácticamente ilimitado que amenaza las libertades fundamentales de las personas.
El avance democrático se ha detenido y los rasgos autoritarios han ganado fuerza dentro de muchas democracias.
"Nadie, por sorprendente que parezca, ha matado tantos comunistas como los propios comunistas liderados por Stalin." Este año se cumple […]
Chile está atravesando un momento crucial de su historia. Gracias a una economía de mercado dinámica y abierta, logró tres […]
A finales de este año, un nuevo presidente asumirá en Argentina. Los principales candidatos son Daniel Scioli (FPV), Mauricio Macri […]
«El progreso no es una bendición ininterrumpida.
A menudo viene con sacrificios y luchas»