esteban montoya

En el último tiempo, la “casa de Andrés Bello” ha sido asediada por escándalos. Primero, el totalitario estatuto del centro de estudiantes de Derecho de la Universidad de Chile, que prohíbe candidaturas estudiantiles que no sean compatibles con sus principios. En segundo lugar, las agresiones sucesivas de las que ha sido víctima Polette Vega, estudiante de Trabajo Social de la misma universidad, por sus mismos compañeros. ¿La razón? Identificarse con posiciones políticas de derecha.

Todo lo que recibimos del internet ya está planeado para nosotros desde antes que lo recibamos. ¿La razón? Un conjunto de instrucciones prestablecidas para incrementar la eficiencia llamadas algoritmos.

Las redes sociales se ha convertido no sólo en el espacio de encuentro entre personas, sino también la fuente principal de información. Esa conectividad rápida pero poco profunda y reflexiva, nos hace estar en todos lados, y al mismo tiempo en ninguno.

En tiempos donde la corrección política ha extremizado posturas, alejando los puntos de encuentro y poniendo énfasis en el odio propio y en los sentimientos vulnerados, una discusión seria sobre el hate speech es necesaria.

La libertad de expresión es intuitivamente molesta, porque nos obliga a escuchar, leer y hasta presenciar expresiones que nos pueden ofender.

Las fake news son mecanismos de tergiversación de la realidad que conllevan una creciente dificultad para discernir qué es verdad y qué es falso. 

La apelación a la nación y al pueblo se ha vuelto una retórica persistente en los llamados nuevos populismos de […]

Carmen Hertz y otros tantos opinantes asimilan bajo un mismo rótulo el discurso de odio, el negacionismo y la incitación […]

Enseñanza. Eso significa la caída del muro de Berlín a sus 29 años. El mundo entero sigue encontrando enseñanzas -aniversario […]

La violencia, provenga del lugar que sea, debe ser repudiada, pues el justificar el extremismo, genera inexorablemente un extremismo opositor.

 Es la culpa y no la inocencia la que debe ser probada, y es el Estado el que debe destruir dicha presunción y nunca al revés.

La defensa del Estado de derecho sólo podrá ser cumplida con sistemas legales que no sean una lista de deseos, que no se vean modificados por mayorías artificiales, y que protejan el derecho individual de cada ciudadano