donald trump

Uno de los aspectos sociológicos más interesantes del fenómeno Donald Trump ha sido la forma en que las élites de izquierda y derecha se han relacionado con su figura.

Cada dicho, cada aparición, cada tuit ha sido pensado con cautela. Y toda esta exposición, coordinación digital y apoyo, ha […]

La aparición de la posverdad permitió la normalización de la palabra «mentira». Ahora se puede acusar a la gente de […]

Axel Kaiser, Leonidas Montes y Luís Larraín analizan el fenómeno político de los llamados "populismo(s) de derecha" y las nuevas lógicas del poder. Próximo miércoles 19 de diciembre a las 19:00 hrs en el Auditorio de la Universidad Autónoma.

Algunos pensaron que Donald Trump moderaría sus maneras una vez en la Oficina Oval. Esto no es vinculante, ¿pero por qué lo haría Bolsonaro en sus circunstancias? Ya veremos.

La lucha de clases existe, pero los papeles están invertidos. Marx se revuelca en su tumba.

"Las instituciones son la razón por las que Chile es el país más rico de Sudamérica y deberían estar orgullosos". Niall Ferguson

Aquellos que continúen operando con organizaciones de los siglos XIX y XX seguirán siendo sorprendidos por gente que los desafía mediante la explotación de las redes sociales y la tecnología.

"El mundo puede ver una proliferación de Trumps en el futuro". La predicción es del historiador británico Niall Ferguson que estuvo de visita en Chile con motivo del 5to aniversario FPP

Chávez había llegado al gobierno utilizando la mascarada de la democracia para convertirse en dictador y no dejar jamás el poder.

Los malos gobiernos son como las relaciones románticas que no prosperan. Hacen que los países -y las personas- pierdan al final su tiempo.

Los movimientos populistas se nutren especialmente de élites que se desconectan de la realidad de sus ciudadanos.

Esta es la nueva izquierda, obrera y nacionalista, que hace temblar a Europa y que está llevando a la tumba a la vieja izquierda.

Por otra parte, en Chile, sorprende que a la DC le cause extrañeza que el PC respalde a un régimen totalitario y exhiba un doble estándar al rechazar dictaduras de derecha, pero aplaudir a las de izquierda.

Bernie Sanders, tal vez el precandidato presidencial más socialista en la historia de Estados Unidos, dijo que la obsesión de la izquierda con lo políticamente correcto llevó a Trump al poder.

La crítica al personaje es fácil y, obviamente, lo más políticamente correcto de la existencia. Por esto, reflexionar respecto a lo más impresentable de todo su discurso peligra convertirse en una perogrullada.

A pesar de su cuestionable retórica, la administración Trump podría ser bastante menos mala de lo que muchos temen.

Lo que estamos viendo es una reacción en contra del elitismo moralista — y social- de una casta integrada por intelectuales, burócratas y gente de negocios que desprecia una realidad que no conoce y que, sin embargo, pretende dirigir.

Ahora con guitarra, el Presidente Trump tiene que abocarse a atacar el principal problema que los norteamericanos tienen: su crónica falta de crecimiento.

La "opinión pública", la famosa opinión políticamente correcta, reflejada, y muchas veces incluso manejada, por la todopoderosa prensa, se escabulló.