Las ideas del Frente Amplio no tienen nada de nuevas y revolucionarias, como nos quieren hacer creer; más bien son las viejas políticas fracasadas del siglo XX que, por lo demás, fueron las causantes de las guerras, masacres y miserias más grandes de nuestro tiempo. Son el conocido camino al socialismo.
Beatriz Sánchez o Mayol demostraron en su debate televisivo que no entienden que las necesidades son ilimitadas y los recursos escasos.
Es un error creer que para los votantes su propio bienestar material ya no es importante y que están listos para entregarse a fines más nobles, alejados del materialismo, como la consecución de utopías de igualdad.
La paradoja de estos proyectos es que sus impulsores manifiestan que sus planes proponen lograr la libertad y la democracia.
La responsabilidad no es solo cumplir la ley o pretender, retóricamente al fin y al cabo, ir más allá de ella para satisfacer a la masa o la propia vanagloria personal. También se requiere algo esencial, el temple para poder decir: aquí me detengo.
En momentos en que Chile entra en la pendiente sin fondo del populismo, rescatar a Friedman no es un gusto académico, sino una necesidad.
En su cuenta 2017, Bachelet tocó todas sus teclas con el fin de motivar a la Nueva Mayoría.
Su gobierno nos deja con más cesantes, peor educados, más divididos, más pobres; con más delincuencia y menos felices. Ella considera, sin embargo, que deja un país mejor del que recibió; la historia la juzgará, y ojalá la absuelva como culpable porque no la perdonará como responsable.
Una Constitución debe ser el marco mínimo para la convivencia social, estableciendo límites claros al poder estatal.
Vaya paradoja: ante el descrédito de alguien, mayor poder para él.
La supresión de la libertad económica bajo la excusa de generar igualdad, da paso a la supresión de la libertad política.
Havel reivindica la idea fundamental de que la soberanía radica esencialmente en las personas y no en partidos o grupos.
¿Cómo el país con las mayores reservas de petróleo del planeta tiene una economía destruida y su población sumida en la pobreza?
La democracia se mata primero con palabras, luego con hechos. Por ello, la clase política tiene innegable responsabilidad en el deterioro de la convivencia y la erosión de la textura cívica del país.
Una verdadera caza de brujas. La Edad Media versus el progreso.
"El socialismo estuvo extraviado muchos años, dedicado a liderar revoluciones; a predicar utopías; a gastarse el dinero de los demás y a envidiar los éxitos ajenos."
Burócratas no solo es divertida, llena de humor y picardía, sino que constituye una cáustica crítica a la realidad política e ideológica del Chile de hoy.
El político de retórica “proletaria” e “igualitaria” se encuentra hoy no sólo con los límites que le impone el dinero, sino principalmente su propio discurso y la utopía que predica.
Los mismos que llamaron a uno de sus contendores "candidato bursátil", se dedicaron a las inversiones y a gozar los beneficios de un sistema de libre mercado.
El supuesto salto desde la precariedad a la abundancia, desde la libertad formal de la igualdad ante la ley, a la libertad auténtica de la igualdad material. El mismo ideario que durante el siglo XX llevó a algunos países a caer en la miseria, la dictadura y el totalitarismo. La misma en la que cae hoy Venezuela.
«El progreso no es una bendición ininterrumpida.
A menudo viene con sacrificios y luchas»