El desafío es volver a participar en la batalla de las ideas alzando la voz e invirtiendo esfuerzo, tiempo y dinero. Esta batalla es larga y perpetua. Se da en nuestras casas, en los colegios y en la prensa.
Hace casi 90 años el gran intelectual marxista italiano Antonio Gramsci (1891-1937) reconoció el rol fundamental de los intelectuales en cambiar el clima cultural de un país y así poder ejercer hegemonía política (Lettere dal carcere, 1947).
Resulta paradójico que los mismos paladines de la justicia social que rasgan vestiduras en honor a la dignidad en Plaza Italia, sean los mismos que quieren ser tratados con favores de forma desigual, a expensas de toda la población.
Es famoso allá Puerto Viejo por ser la cuna de ese innovador emprendimiento: la toma ilegal de terrenos para segunda vivienda.
Es casi evidente que estamos ante una época algo delirante: llegan al poder por vía democrática partidos políticos de comprobada trayectoria antidemocrática en América Latina.
La izquierda a veces se olvida que, detrás de las abstracciones que ellos mismos alimentan desde la capital, existen ciudadanos comunes y corrientes que a diario sufren los atentados terroristas acá en el sur.
Los economistas tenemos un defecto incorregible: siempre comparamos y juzgamos a la realidad contra posibles escenarios plausibles.
Ayer con una puesta en escena, diversa, inclusiva, paritaria y todos los demás adjetivos propios del relato progresista, se presentó el flamante nuevo gabinete.
Desafortunadamente, quienes comparten la visión de Boric expresada en ese poema siguen desconociendo la evidencia que muestra la inviabilidad de adoptar políticas que no se adapten a esa naturaleza humana, como es la búsqueda de la igualdad entre individuos.
Se esperaría que en Chile muchos estuvieran familiarizados con la fábula “La gallina de los huevos de oro”, del autor griego Esopo.
Irina Karamanos dijo que asumirá el rol de primera dama y su decisión ha sido mal recibida por propios y ajenos.
El Estado, explicó el sociólogo alemán Franz Oppenheimer en su clásico de 1908 sobre la materia, surge históricamente de la explotación y esclavitud a la que grupos de cazadores y nómades mejor preparados para combatir sometieron a pueblos campesinos sedentarios.
Partió enero y se sentía más un 33 o 41 de diciembre que otra cosa. Todo seguía envuelto de la intensidad de ese año pandémico, electoral, polarizado, irracional y adolescente.
Chile cerró el año 2021 con una rampante inflación de un 7,2%, la mayor en 14 años. Esta es la inflación más alta registrada desde el 2007, algo que no pensábamos que volveríamos a vivir.
Para Gabriel Boric, el proyecto de indulto no puede quedar para marzo porque prueba lo irresponsable que era antes de la campaña al promover semejante disparate jurídico y lo hipócrita que tuvo que ser durante las elecciones para exorcizar su merecida fama de extremo.
Siempre me ha costado la opinología política, especialmente la que predice el futuro.
La derrota presidencial de la derecha ha dejado en evidencia su carencia de un proyecto país que trascienda a un candidato.
Hace casi 90 años el marxista italiano Antonio Gramsci (1891-1937) reconoció el rol fundamental de los intelectuales en cambiar el clima cultural de un país y así poder ejercer hegemonía política (Lettere dal carcere, 1947).
Ahora que don Gabriel parece haber reaccionado en contra de la violencia, es bueno saber como combatirla.
“Todo por nada”, es posible que con esa sensación varios se fueron a la cama recién a las 4:15 A.M. de hoy, esperando conocer al próximo presidente de la Convención Constitucional sin éxito.
«La libertad no se pierde por
quienes se esmeran en atacarla, sino por quienes
no son capaces de defenderla»