SEÑOR DIRECTOR Daniel Matamala, en su columna del domingo titulada como esta carta, cae en un error conceptual al afirmar que subsidiar a la clase media implica abandonar la focalización y las ideas de los Chicago Boys.
El presidente Piñera trató de antipatriotas a quienes, según él, le 'niegan la sal y el agua'. Él estaría proponiendo reformas por el bien del país y quienes se nieguen siquiera a discutirlas serían antipatriotas. Los malos. La izquierda salió militarizada a responderle. Se encresparon.
Entrevista al activista Fengsuo Zhou, víctima de la masacre china de la Plaza de Tiananmen, que hoy conmemora 30 años.
“La democracia sentimental” es una notable publicación que va desde la neurociencia, la antropología y la psicología, que busca explicar de forma integral al ser humano para afrontar los desafíos del liberalismo y la democracia en el siglo XXI.
Resulta un error homogeneizar todo el movimiento feminista, amparados en acciones o consignas que no representan el sentir mayoritario.
Las redes sociales se ha convertido no sólo en el espacio de encuentro entre personas, sino también la fuente principal de información. Esa conectividad rápida pero poco profunda y reflexiva, nos hace estar en todos lados, y al mismo tiempo en ninguno.
En tiempos donde la corrección política ha extremizado posturas, alejando los puntos de encuentro y poniendo énfasis en el odio propio y en los sentimientos vulnerados, una discusión seria sobre el hate speech es necesaria.
El uso de la razón, desprovisto de analizar el sustrato sensible, emocional y tribal que aún inunda nuestra naturaleza humana, termina por abrir el camino del éxito a corrientes totalitarias y autoritarias que despiertan aquellos dispositivos atávicos de la masa enardecida.
Días después de que Sebastián Piñera saliera electo Presidente, publiqué una columna en otro medio titulada 'Ganó Piñera, triunfó Bachelet', donde sostuve que la triunfadora de la contienda política -no la electoral- había sido la ex mandataria.
Una verdad incómoda para Chile y América Latina: el creciente interés de China en la región va más allá de la simple asistencia mutua. Es una intrincada estrategia de penetración silenciosa, de sharp power con efectos de largo plazo.
Los líderes importan, no tanto por cuántos seguidores o admiradores tienen, y menos por qué posiciones o cargos ostentan, sino por su fuerza movilizadora y creadora, por el impacto, el sentido y la trascendencia de sus acciones.”
Si bien el sistema chino es funcional, es necesario entender que, desde la libertad de prensa hasta incluso algunas áreas económicas, siguen limitándose sistemáticamente los derechos de los ciudadanos, y es una influencia que se ha difundido al mundo.
Estaría bueno que los conservadores terminen con su obsesión contra la autonomía individual y contra las personas que no creen en la metafísica de Santo Tomás.
El mayor desafío a la democracia liberal proviene hoy de China, por su capacidad de combinar una férrea dictadura comunista, teóricamente meritocrática, con una pujante economía capitalista que en poco tiempo la ha convertido en la mayor economía del mundo.
La búsqueda del predominio de una identidad o colectividad sobre otra proyecta a los escenarios de consensos por una espiral de violencia e intolerancia dañina para cualquier orden civilizado.
Los infelices no solo reclaman la mayor atención posible, sino que culpan a otros de su insatisfacción sin querer asumir ningún costo para revertir su propia desgracia
El victimismo no genera bienes sociales, solo crea un sistema de privilegios en desmedro del mérito y la razón, restableciendo como criterios el racismo, el clasismo, el sexismo y toda clase de “ismos” que las sociedades libres buscan superar.
Las 6 claves para entender los resultados del informe de Freedom House 2019
Hace 160 años falleció Alexis de Tocqueville, quizás uno de los principales pensadores liberales de todos los tiempos, pero también uno de los más importantes intelectuales políticos del mundo moderno. Su agudeza, sus reflexiones y análisis acerca de la, en ese entonces, naciente democracia estadounidense y los efectos del progreso en las sociedades industriales, siguen teniendo una vigencia enorme en el pensamiento político contemporáneo.
El costo de gobernar sin principios es, entonces, no solo social y económico, sino político, porque se atribuye a las ideas del liberalismo y sus supuestos exponentes el mal que en realidad ha sido causado por un exceso de intervencionismo estatal que esos mismos 'liberales' no hicieron nada serio por remediar.
«El progreso es imposible sin cambio, y aquellos
que no pueden cambiar sus mentes,
no pueden cambiar nada»