“Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema”. Esta frase de Winston Churchill resume perfectamente el estado actual la Universidad de Chile.
Hasta ahora se nos han planteado cuatro modelos de ciudad: el turismo, la educación, el patrimonio y el puerto. Tenemos una ciudad turística donde se asesinó a un visitante canadiense a plena luz del día; una ciudad universitaria donde los estudiantes viven en paro; una ciudad patrimonial donde el patrimonio que se cae a pedazos; y un puerto con la constante amenaza de ser sitiado por los sindicatos. Da lo mismo cuál se prefiera, todos quedan cojos.
La Revolución Pingüina de 2006 marcó el ingreso de una nueva generación a la escena pública, los “millennials”. La irrupción generó muchas expectativas, pues esta camada se crió con internet, bonanza económica y democracia. ¿Que ha pasado con estos?
Resulta un error homogeneizar todo el movimiento feminista, amparados en acciones o consignas que no representan el sentir mayoritario.
La identidad es como el fuego. Resulta fundamental para nuestra vida en sociedad, pero su instrumentalización política implica un alto riesgo de sufrir quemaduras.
La posverdad es una forma elegante de decir 'mentira' y supone que una construcción discursiva puede ser más fuerte que los hechos.
En los últimos diez años el establishment ha construido consensos culturales impulsados por la agenda progresista. Quienes hoy se movilizan son justamente quienes fueron excluidos de esos acuerdos. Literalmente excluidos.
A las barras bravas no les importa la verdad, sino mantener su postura. Con ésta construye su identidad, una que no se erige sobre una reflexión profunda, sino en algo tan primitivo como la pertenencia a un grupo. No le importa tener una sociedad con libertad, sino una donde sólo exista una forma de expresión: la suya. El problema no está en que tengan ideologías, sino que están dispuestos a negar realidades con tal de mantener la coherencia de su pensamiento.
¿Es razonable que un grupo esté dispuesto a hipotecarla federación estudiantil más antigua de Chile con tal de equilibrar sus cuotas de poder?
La causa de la libertad tiene sentido, pero para que triunfe debe estar secundada por personas dispuestas a defenderla sin complejos.
Con un plebiscito solo deslegitiman la democracia que representan y los mecanismos que hemos establecido para tomar decisiones.
La lucha de clases existe, pero los papeles están invertidos. Marx se revuelca en su tumba.
«El progreso no es una bendición ininterrumpida.
A menudo viene con sacrificios y luchas»