La reciente crítica de los diputados al proceso de ingreso en Conaf y Bomberos expone una falencia que no podemos permitirnos ignorar: los incendios en Valparaíso dejaron al descubierto la vulnerabilidad de nuestros sistemas de protección. ¿Cómo es posible que los procesos de selección en estas instituciones clave sigan siendo opacos y deficientes, poniendo en riesgo la seguridad de miles de ciudadanos?
La falta de rigurosidad en los filtros de ingreso y la formación de los profesionales encargados de combatir los incendios nos deja con una amarga pregunta: ¿estamos realmente preparados para enfrentar futuras tragedias o estamos condenados a vivir en la constante incertidumbre? Es urgente reformar estos procesos y garantizar que quienes estén al mando de nuestra seguridad sean los más capacitados. ¿Qué estamos esperando para actuar?
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