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Empresarios pesimistas Publicado en El Mercurio, 23.11.2024

Empresarios pesimistas

El presidente Boric ha arremetido una vez más contra el empresariado chileno sosteniendo que estos dejarían de invertir en Chile por una suerte de inveterado pesimismo ideológico. En respaldo señala que los extranjeros si confían en Chile y están invirtiendo.

«El costo de hacer negocios en Chile es cada vez más alto entre otras razones por la permisología y el pesimismo ideológico de los mandos medios del Estado que disuaden al empresario más entusiasta».

No he conocido empresarios que dejen de hacer buenos negocios por razones ideológicas. Lenin la tenía clara cuando dijo que lo capitalistas le venderían la soga con la cual los ahorcaría. Los extranjeros (y no son muchos como para que el presidente se entusiasme demasiado) invierten en Chile más que los chilenos por varias razones. La primera es que pagan casi un 9,45% menos de impuestos que nosotros. Casi un 10% de mayor rentabilidad en cualquier proyecto es una enormidad. La segunda es que un tipo de cambio alto hace que los activos chilenos sean más baratos para ellos y la tercera es que en sectores como la minería deben ir invertir donde están las minas.
Un extranjero me dijo que lamentablemente el cobre no estaba en Europa, sino que en Zambia, Kasajistán o en Chile de manera que tendrían que ir a esos países no obstante el riesgo político. Los empresarios extranjeros que sí están viniendo en masa son Los Gallegos, Los Pulpos, los Espartanos y el  Tren de Aragua, que se están haciendo la américa, gracias al FA y el PC que les facilitan la vida indultando delincuentes, atacando a carabineros y poniendo a un acosador a cargo de la seguridad.

Los chilenos invierten fuera de Chile porque allá les dan la bienvenida, las rentabilidades son mayores y los riesgos menores. El costo de hacer negocios en Chile es cada vez más alto entre otras razones por la permisología y el pesimismo ideológico de los mandos medios del Estado que disuaden al empresario más entusiasta. Estados Unidos demoró 9 años en poner un hombre en la luna. El último proyecto minero grande en Chile demoró 12 años desde que solicitó los permiso hasta que extrajo la primera onza de cobre.

Los que la tienen clara son Milei y Trump. El primero nombró un ministro con nombre intimidante (Sturzenegger) que está dedicado a racionalizar el Estado megalómano argentino. Trump a su vez designó a Elon Musk y Vivek Ramaswany para que simplifiquen la organización, estructura y regulaciones de USA, buscando ser leales con el espíritu original de los padres fundadores que querían un estado chico, que no ahogara a los ciudadanos.

Los empresarios no necesitan que les digan palabras bonitas pero sí que dejen de insultar su inteligencia y su humanidad. Si los verdaderos pesimistas son los que creen que al cambio climático se lo combate con decrecimiento y no con innovación y tecnología; son los que prefieren a las mascotas que a los niños; los que consideran que la selección es una discriminación y no un reconocimiento y una distinción, los que creen que la pobreza se supera persiguiendo a los ricos, y mejor no sigo para no ponerme pesimista.

Un viejo dicho de campo dice que cuando alguien se quema con leche ve la vaca y llora. No son pesimistas los que invirtieron en pequeñas centrales (PMDG) bajo reglas que el ministro Pardow quiere cambiar para financiar un subsidio político. Tampoco fueron pesimistas los miles de profesores y pequeños emprendedores que se endeudaron y desarrollaron cientos de proyectos educativos hasta que el pesimismo ideológico de la izquierda prohibió la actividad empresarial en la educación, ni las compañías de seguros afectadas por las rentas vitalicias, ni los salmoneros a los cuales les roban la mafias, ni Agrosuper y su proyecto en el norte, ni Maersk y su fábrica de contenedores, ni los vecinos de La Higuera que siguen esperando el proyecto Dominga, ni los agricultores a los que les queman sus casas y para que sigo hablando de los pesimistas.

Industrias de servicios en que Chile era competitivo con los países desarrollados como salud y educación, han sido permanentemente atacadas por la ideología gobernante. Las pensiones donde están radicados nuestros ahorros está siendo acosada con una reforma políticamente impopular y técnicamente inadecuada. Gracias a la montaña regulatoria hace mucho rato que nadie se abre en bolsa. Empresas nuevas como CornershopNotco y otros pesimistas pusieronsus holdings fuera de Chile. En definitiva el presidente debe recordar el dicho que «un pesimista no es más que un optimista bien informado».

Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.

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