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En una conversación amena y respetuosa, el escritor, ex ministro de cultura y senior fellow de la Fundación para el Progreso, Roberto Ampuero, y el periodista Juan Carvajal, quien fue Director de la Secretaría de Comunicaciones del primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, compartieron sus vivencias en la Alemania Oriental en los años 70 e intercambiaron sus puntos de vista sobre la caída del muro y sus lecciones.
Académicos, profesionales y jóvenes llegaron hasta el auditorio de la Fundación para el Progreso para escuchar a Roberto Ampuero y Juan Carvajal, dos personalidades del mundo político chileno que vivieron distintas experiencias en la Alemania Oriental de los 70.
Ampuero comenzó su relato contando por qué viajó a la República Democrática Alemana. Salió de Chile en diciembre de 1973 rumbo a Alemania Oriental porque como ex alumno del Colegio Alemán dominaba bien el idioma y siendo miembro de la Juventud Comunista quería vivir “el socialismo real”. Entonces creía que la estatización era la solución para los países de América Latina y el Tercer Mundo. Pero su experiencia allí, y en Cuba después, lo decepcionaron profundamente. Si el socialismo era tan bueno ¿por qué construir un muro de kilómetros de largo para impedir que la gente saliera?. ¿Cómo podía un grupo imponer un régimen con el simple argumento de que la gente lo entendería más adelante? ¿Cómo pudieron estar dispuestos a matar al que fuera, incluso a mujeres y niños, como lo hicieron durante el régimen de Höenecker? Un muro que finalmente atentó contra lo que Ampuero considera hoy lo más importante: la libertad individual.
Juan Carvajal, por su parte, recuerda que su partida de Chile no fue elegida. Después de ser detenido y pasar por Villa Grimaldi y Tres Álamos se refugió en la Embajada de Venezuela desde donde inicia un periplo por Estados Unidos, Rusia y Alemania Oriental, país en que se radica.
Revisando las lecciones de la caída del muro, Roberto Ampuero considera que “es peligroso relativizar los sistemas totalitarios o las dictaduras. Callar su condena por pagar un favor concedido daña la democracia. No hay que temer en política a la rectificación”.
Al respecto el periodista Juan Carvajal cree que no hay que quedarse anclado en las experiencias personales. Hay que avanzar. “Que bueno que cayó el muro de Berlín. Pero hay que ser capaces de derribar otros muros; el muro de la discriminación, el muro de la desilgualdad, por ejemplo”.
Conmemoraciones como “los 25 años de la caída del Muro” o “los 40 años del golpe militar”son para Ampuero momentos de profunda reflexión. Y debieran servir para la sociedad chilena rescate las lecciones. Los dogmas del pasado no nos sirven.
En relación al momento que vive Chile hoy Juan Carvajal planteó que “las reformas siempre producen situaciones de inestabilidad y desconfianza. Estamos en una coyuntura de cambio bien sustantivo. Y la voz de la calle no necesariamente representa la voz del país”, refiriéndose al efecto de las marchas de los estudiantes principalmente. Y subrayó que aunque hemos avanzado mucho en Chile, aún tenemos tareas pendientes. “Redujimos significativamente la pobreza, pero no hemos sido capaces de reducir la desigualdad”.
Al cierre y frente a la pregunta de si la visión que muestra la película sobre la Alemania Oriental “La Vida de los Otros” es real, Juan Carvajal responde que el cine extrema la realidad. Dice que a él no le tocó ver lo que se muestra allí. Sin embargo, recordó que un día mientras caminaba con su mujer por la calle cambiasu ruta habitual y encuentra a dos hombres con cables y un micrófono ambiental entre los matorrales. Explica que con posterioridad conoció antecedentes sobre la investigación que realiazaban los organismos de inteligencia en Alemania, pero que en mientras él vivió allá no lo vió, ni conoció. En este punto, Ampuero manifestó su discrepancia de sensibilidad con Carvajal. Y dejó planteada la pregunta: ¿Es factible vivir en un sistema totalitario y no darse cuenta?
Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.
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