Postas, retenes y escuelas
En Washington DC, Kamala Harris sacó el 93% de los votos. Claramente el establishment de políticos y funcionarios no quería a Trump. […]
Publicado en La Segunda, 06.09.2019El áspero intercambio entre el diputado Jaime Bellolio y el embajador de China en Chile, Xu Bu debido a la reunión del parlamentario con Joshua Wong, líder de las manifestaciones en Hong Kong, ha puesto en evidencia la forma en cómo el régimen del gigante asiático lidia con ciertos problemas que le generan resistencia o molestia.
Más allá de la destemplada respuesta, llama profundamente la atención el lenguaje y la dialéctica utilizada por Xu Bu al momento de responderle a Jaime Bellolio, y que ha sido una constante en los últimos años por el régimen comunista chino: una narrativa occidental al momento de justificar sus promesas, con valores de este lado del mundo. Causa curiosidad que China -como su embajador- se acerque cada vez más, ofreciendo un modelo alternativo al que conocemos, pero con sus mismas características: Estado de Derecho, libertad de expresión, libre asociación o derecho a manifestarse. Pero esta narrativa de promesa occidental choca violentamente con la práctica. China, con sus lógicas de poder y control social desconocen cualquier tratado internacional sobre Derechos Humanos, no han tenido nunca -y no tienen interés, por lo visto- un catálogo de libertades y derechos que garanticen la vida pacífica de sus ciudadanos, como tampoco frenos al poder hegemónico de un Estado gigantesco que continuamente aplasta a la sociedad china, valores y contrapesos que en Occidente tenemos integrados hace décadas, incluso gracias a tribunales internacionales destinados a resguardar estas garantías. Sin mencionar que hacen caso omiso a las múltiples interpelaciones que han hecho ONG’s como FreedomHouse o FreePress en relación a vulneraciones de derechos humanos en su territorio.
Con todo, si el embajador Bu y el gobierno chino quieren convencernos de una promesa de desarrollo con todas las garantías que nosotros conocemos, también se tendrán que hacer cargo de esos otros elementos del mismo discurso: derechos, libertades individuales y frenos al poder. La situación de Wong, las manifestaciones de Hong Kong y la respuesta de Xu Bu nos muestra que cuando se trata de estas consecuencias, todo su discurso de progreso armonioso se desarma, que nunca han creído en lo que dicen ser promotores y nunca dejarán escapar el poder para abrazar estos valores que dicen pregonar. Las reglas y consecuencias de utilizar el discurso occidentalista son esas. Bienvenido a occidente, Xu Bu.
.
.
.
.
Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.
En Washington DC, Kamala Harris sacó el 93% de los votos. Claramente el establishment de políticos y funcionarios no quería a Trump. […]
Publicado en La Segunda, 06.09.2019La reciente creación de un Ministerio de Seguridad es una noticia que merece múltiples críticas. No solo representa la proliferación […]
Publicado en La Segunda, 06.09.2019«Pajarólogos» se les llama a veces a las personas que miran pájaros, pero nadie queda muy contento. En inglés es […]
Publicado en La Segunda, 06.09.2019«El progreso es imposible sin cambio, y aquellos
que no pueden cambiar sus mentes,
no pueden cambiar nada»