La mafia de los bufones
Se nos ha contado una y otra vez que el bufón de la corte era el único con la facultad […]
Publicado en El Mercurio, 19.01.2025Axel Kaiser (43) se sienta en el restaurant Vinolia, de Vitacura, y pide agua mineral.
Cuando se le comenta que su libro «Parásitos mentales» —donde rebate conceptos como la «justicia social» o la «responsabilidad social empresarial»— ha generado amplio debate en las cartas al director de «El Mercurio», sonríe.
Y casi como un deportista de la polémica, al plantearle que un lector dijo que tenía «delirio mesiánico», afirma que muchos de sus detractores siempre tratan de descalificarlo personalmente, pero no logran rebatir sus argumentos.
Kaiser es presidente de la Fundación para el Progreso y tiene 352 mil seguidores en la red social X. Sus libros suelen estar en los rankings de mayores ventas. Se declara amigo del Presidente de Argentina, Javier Milei, quien lo ha citado en sus discursos. Suele ser la contraparte en debates de personas como el abogado Fernando Atria, según atestigua YouTube. Es abogado y tiene un doctorado en la Universidad de Heidelberg (Alemania), pero dice que muchos de los grados universitarios hoy «están sobrevalorados». Y no le sorprende que su hermano, el diputado Johannes Kaiser, empiece a figurar en las encuestas de opinión, incluso superando a José Antonio Kast.
«En términos de capacidad de análisis, pocos académicos y políticos están al nivel de mi hermano, que se dedicó a leer toda su vida. Era lo único que hacía», responde cuando le recuerdan que Johannes Kaiser no terminó ninguna carrera universitaria y remarca que ha visto a personas con doctorado que son «lisiadas intelectualmente».
¿Cuál diría que es el estado actual de la derecha? Por un lado, está Evelyn Matthei; por otro, José Antonio Kast, y ahora, su hermano Johannes Kaiser.
Yo creo que nunca ha estado mejor. Porque contrario a las apariencias, bajo la hegemonía del piñerismo lo que se configuró en Chile no fue una centroderecha, sino una centroizquierda. Era un grupo de partidos cuya filosofía política no es libertaria en lo fundamental y depositada demasiada fe en el Estado. Ahora por primera vez está emergiendo con fuerza un referente libertario que vendría siendo lo que representa mi hermano Johannes. Yo he trabajado en eso 10 años o más y él lo está capitalizando políticamente. Y además, está el Partido Republicano, que es una derecha sin complejos, bien inspirada con ideas promercado, de orden público, más firme que Chile Vamos y eso obliga a Chile Vamos a tomar posiciones más claras. Eso me parece muy sano.
¿Qué diferencia a un «libertario» de alguien de la derecha tradicional?
Habría que definir a la derecha tradicional, pero yo diría que el libertario ve en el Estado un potencial enemigo. Sin duda.
¿Cuando el Estado se encarga de proveer salud o educación también?
En ninguna de esas cosas tú necesitas al Estado para que existan. El sector privado lo puede hacer perfectamente. Y por último, porque es utópico que el Estado desaparezca, se podría tener un Estado mínimo que se dedique a cuestiones como la seguridad interior y exterior. Y en lugar de proveer de todos estos servicios sociales como educación o salud les das un subsidio a las personas, un váucher para que la gente se atienda. Hoy el Estado gasta más en salud por paciente que el sector privado. Y la calidad es inferior. El Estado no debería tener un solo colegio, un solo hospital o una sola empresa. El Estado son los políticos trabajando para ellos.
Usted ha dicho que Johannes Kaiser representa mucho mejor el ideal libertario que Kast o Matthei. ¿Por qué?
Si uno ve la trayectoria de quienes están en Chile Vamos, es socialdemócrata, no libertaria. El Estado creció con Chile Vamos. No hicieron reformas estructurales, por distintas razones, pero no las hicieron. Tienen simpatía por el mercado, pero no un compromiso moral inclaudicable por la libertad económica. Creen en la redistribución. Piensan que conceptos como la justicia social son razonables, que el Estado tiene que redistribuir, y eso es un problema. Eso es socialdemocracia, que funciona en países desarrollados hasta cierto punto. Pero en Chile, que estaba en vías de desarrollo y ahora está en vías de subdesarrollo, la socialdemocracia en general le abre las puertas a una izquierda más radical. Y eso es lo que vimos. Republicanos fue una reacción a todo eso.
¿Y qué pasó con ellos, a su juicio?
Creo que el grave error de José Antonio Kast fue haber apostado por una constitución que no era categórica y dura en materia de libertades económicas individuales y de principios clásicos del orden social libre.
¿Por qué cree que hoy está capitalizando su hermano Johannes Kaiser y, al parecer, quitando respaldo a Kast?
Hay varias razones. Él está capitalizando porque es quien está hablando en términos más parecidos a Milei, que es lo que venía haciendo yo hace mucho tiempo. Sin duda hay una asociación entre nosotros dos. No se puede separar lo que yo he hecho de lo que él está haciendo. Y también tiene una fuerza muy grande en temas de orden público, que eso sí es algo característico de él, que se acerca más a un Bukele. Es como un «Mikele» (se ríe).
Se pensó que usted sería candidato, ¿por qué no asumió ese liderazgo?
Porque por ahora tengo cosas muy importantes que hacer. Entre ellas, consolidar la revolución cultural que venimos haciendo en Chile y que anuncié varias veces que le iba a pasar por encima al establishment sin que se diera cuenta, tal como ocurrió en Argentina. Y poco después sale esta encuesta que pone a mi hermano sobre Kast. Los analistas tradicionales no están entendiendo lo que está pasando, como no lo entendieron en Argentina, antes de que llegara al gobierno y ahora tampoco.
«Creo que el grave error de José Antonio fue haber apostado por una Constitución que no era categórica y dura en materia de libertades económicas individuales y de principios clásicos del orden social libre»
¿Hay rivalidad entre hermanos?
No, para nada. Las relaciones son buenísimas. Nos llevamos muy bien. Cada uno cumple su rol. Hay cosas más importantes que la imagen pública y el poder.
De Milei se ha dicho que es un outsider, que no tiene raigambre en partidos, que nació de un programa de televisión. Algo parecido dicen los críticos de Johannes. ¿Qué opina?
Me parece completamente irrelevante a la luz de lo que está logrando. Si hubiera aparecido un extraterrestre y es elegido y comienza a arreglar los problemas del país, bienvenido el extraterrestre. De qué me sirve tener un político tradicional con redes y con partido si deja al país peor de lo que estaba antes. La gente se olvida de que la política y los partidos no son un fin en sí mismo. La democracia no es un fin en sí mismo, son medios para canalizar problemas sociales y resolverlos. La democracia es un medio y si la democracia no da resultados en garantizar libertades, seguridad y progreso, los ciudadanos inevitablemente van a cuestionarla. Si queremos preservar la democracia tenemos que garantizar altos niveles de prosperidad económica, de libertad individual, orden público y seguridad.
Algunos dicen que Johannes Kaiser es producto del programa «Sin filtros» y de redes sociales.
«Sin filtros» es el programa que tiene más impacto en Chile, a nivel político y de la ciudadanía. Es un programa muy relevante en posicionar figuras como Pancho Orrego o Johannes Kaiser. Es el único programa donde tienes un debate frontal, con fuerzas de lado y lado. Y qué decir de las redes sociales. Sin esas redes Milei no habría salido elegido. Y yo no tendría el impacto que tengo.
¿Qué le pareció el acuerdo sobre las pensiones en el que participó Chile Vamos?
Este retorno al reparto me parece una traición inaceptable que muestra que no son confiables ni como oposición ni como gobierno. Y espero que sea castigado en las nuevas elecciones. Si Matthei no los llama al orden ella también debería pagar un costo político elevado por apoyar el retorno al reparto, que le abre paso a la izquierda para liquidar el sistema de pensiones.
Kaiser dice luego que no hay que olvidar que un sector de la izquierda le trató de dar un golpe de Estado a Piñera y es la que gobierna hoy día.
«Y la misma centroderecha, que estaba con Piñera cuando le trataron de dar el golpe de Estado, hoy actúa como si la izquierda que gobierna fuera perfectamente democrática», agrega.
«La derecha tradicional conservadora no tiene intelectuales en Chile. Tiene algunos académicos, pero con cero impacto público»
Usted ha dicho que Matthei es una figura «socialdemócrata». ¿Por qué cree que Johannes Kaiser ha dicho que quiere entrar a una primaria con Chile Vamos si son tan críticos de ese conglomerado?
Lo que pasa es que también tenemos cosas que nos unen con Chile Vamos. Hay muy buena gente en Chile Vamos. Matthei me parece una política honesta y decente, que podría hacer un excelente gobierno si se lo propone. Entendemos que son los primos hermanos nuestros.
¿Y Kast?
Kast también. Es mucho más cercano incluso. Pero hay que entender una cosa. Si no fuera porque Chile Vamos se movió tan a la izquierda, no habría habido un espacio para Kast ni para Johannes Kaiser.
¿Usted asesora a Johannes?
Se ha dicho que soy el asesor de Milei o el asesor de Johannes. Yo en realidad soy amigo de Milei, conversamos, compartimos opiniones. No tengo un rol formal de asesor. Sí soy alguien que cuando opina él me escucha, como lo hace también mi hermano. Pero lo que han logrado es mérito de ellos en términos políticos.
Yo estoy en la batalla cultural, donde se me reconoce un gran impacto. El mismo Milei me lo ha reconocido. Y mucha otra gente, que es cambiar la mente de millones de personas. Un cambio institucional siempre viene precedido por una transformación cultural.
¿Qué le reconocen?
Es la batalla de las ideas de la que todo el mundo está hablando ahora y yo fui el primero en hablar de eso en Chile. Y uno de los primeros en América Latina, con mi libro «La fatal ignorancia», que es el que cita Milei. Yo metí ese concepto. Suena un poco autorreferente decirlo, pero es lo que ocurrió. Dar esta batalla cultural y romper la hegemonía que tenía la izquierda en los medios, en las universidades, en los partidos.
¿Cree que en Chile la izquierda perdió la hegemonía?
Yo creo que sí. Lo que está fracasando en el mundo, y eso le cuesta verlo a parte de la élite de Chile Vamos y de la izquierda, es el paradigma globalista socialdemócrata. La idea de las fronteras abiertas, de que la migración y el multiculturalismo siempre eran buenos. Está colapsando el Estado benefactor. Europa no tiene crecimiento económico. La diferencia de productividad entre Europa y EE.UU. está creciendo de manera dramática.
¿Cuál es su opinión de Gabriel Boric?
Boric no cree en el orden social libre, propio de la tradición judeocristiana occidental. Lo que propone es una sociedad de castas fundada en los genitales y la raza.
¿A qué se refiere?
Todo el discurso de la diversidad, inclusión y equidad es básicamente deconstruir el principio de igualdad ante la ley, para sostener por razones completamente arbitrarias que hay que fomentar una igualdad a través de la ley, no ante la ley, ¿y en qué se basa esa nueva inclusión? En cuáles son tus genitales y cuál es tu color de piel.
De hecho, el feminismo es una ideología totalitaria, derivada del marxismo. Trasladar la lucha de clases ahora al hombre y a la mujer. Y utilizar descaradamente a las mujeres como colectivo para avanzar en una agenda de poder que produce beneficios económicos. Por eso el encubrimiento de todas las feministas a los casos de abuso sexual por parte de hombres de izquierda. En Argentina con Alberto Fernández y en Chile con Monsalve. No es que sean feministas de cartón, como dicen. Al feminismo en esencia, al ser nada más que una ideología centrada en la toma del poder, le resulta irrelevante el bienestar de la mujer.
Ante esa realidad Kaiser critica la ausencia de intelectuales que rebatan esas posiciones.
La derecha tradicional conservadora no tiene intelectuales en Chile. Tiene algunos académicos, pero con cero impacto público. Están muy cómodos en las universidades, escribiendo papers que no lee nadie. Y en el discurso público no tienen impacto.
¿Y usted cree que en la izquierda sí?
Claro, pero ahora los estamos derrotando.
¿Como cuáles?
Fernando Atria tuvo mucha influencia, ahora que en paz descanse, pero el principal opositor cuando estaba en su apogeo fui yo. Tuvimos una discusión en el Verbo Divino, que tiene un millón 200 mil reproducciones, donde denuncié todo lo que iba a pasar y le dije que su sistema era un desastre. También está Alfredo Joignant, que ahora está más tranquilo, pero en su minuto quería enterrar el neoliberalismo, a través de su libro «El otro modelo». El que escribió la respuesta a ese libro fui yo.
¿La derecha debería hacer una gran primaria, donde estuvieran Matthei, Kast y Johannes Kaiser?
Sería ideal, pero no va a ocurrir. Porque Kast ya dijo que no.
¿Y Chile Vamos debería sumar a Johannes a una eventual primaria?
Sí, claro. Sería inteligente de parte de ellos porque si gana Matthei tendría el apoyo de ese sector.
Evelyn Matthei se ve como la mejor aspectada para llegar a La Moneda según las encuestas. ¿Cómo espera que sea un eventual gobierno suyo?
Quiero que le vaya bien si llega a ser presidenta. Va a contar con mi ayuda, desde afuera. También voy a ser leal a los principios de la libertad. Si veo que está cometiendo errores, lo voy a decir.
¿Qué opina cuando el Presidente Boric critica a Venezuela o Nicaragua?
Para mí es puro oportunismo político. Tiene además como aliados a personas que defienden a Cuba y Venezuela abierta-mente, que es el PC. Si crees en la defensa de los derechos humanos, no te asocias con ellos.
Usted ha defendido la elección de Trump, pero hay quienes le recuerdan que fue juzgado por falsificación de documentos comerciales, que dijo múltiples fake news en la campaña y que amenazó con no reconocer un eventual triunfo demócrata.
Yo no soy un fan de Trump, pero tampoco soy un «anti -Trump». Es tan irracional la reacción contra él que la gente con la que uno discute no puede pensar racionalmente. Uno puede hacer el análisis de que Trump tiene cuestiones detestables, pero otras que no. Tiene un talento político extraordinario.
Pero una cuestión evidente es que durante su gobierno los norteamericanos estuvieron mejor que con Biden. Ninguna guerra comenzó en el mundo durante su gobierno. Todavía no asume y ya se logra la paz en Medio Oriente. Va a lograr la paz entre Rusia y Ucrania. Hizo un gobierno que fue relativamente bueno. Tiene cosas malas como el gasto fiscal, que se disparó, pero eso ocurrió también con Biden y con Obama. Si los americanos hubieran estado tan bien, no hubiese ganado Trump.
¿Qué opina de Elon Musk y su entrada en la contingencia política?
Elon Musk debería tener una estatua en cada capital de occidente. Si hay alguien que restableció la libertad de expresión en la esfera pública fue él. Además de lo que ha hecho por defender la civilización occidental, sin ninguna necesidad. Porque un hombre con sus recursos podría estar dedicado a cualquier otra cosa.
Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.
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