La izquierda a veces se olvida que, detrás de las abstracciones que ellos mismos alimentan desde la capital, existen ciudadanos comunes y corrientes que a diario sufren los atentados terroristas acá en el sur.
Si bien estos días celebraremos importantes elecciones donde elegiremos diversos cargos políticos, no podemos perder el foco de otro hito significativo que se llevará a cabo en nuestra región y que sin duda ha dado mucho que hablar.
¿Cómo es posible que la Convención pretenda entrometerse en las acciones que decide tomar una entidad autónoma? ¿Acaso la Convención aún seguirá dando señales equivocadas defendiendo a los violentistas y tomándose atribuciones las cuales exceden su mandato Constitucional?
En época de campañas políticas comienzan a aparecer los ofertones y los famosos candidatos barbie.
La ciudadanía demanda cambios urgentes para reivindicar la política, donde la honestidad y responsabilidad sean elementos neurálgicos para nuestra convivencia cívica.
La Convención ha mostrado un cierto consenso en la necesidad de descentralizar el poder político y económico, y en dar atribuciones a los territorios, pero resulta preocupante ciertas intenciones de refundar Chile y cómo esto podría afectar al proyecto descentralizador del país.
Tenemos un año para lograr los acuerdos que el país tanto necesita para progresar. Sin este compromiso real, sólo obtendremos una propuesta de Constitución que, en lugar de unir todos los chilenos, generaría una división igual o peor que la que hoy día se reclama tener.
Es necesario promover la descentralización porque sólo así podemos asegurar que el conocimiento de las circunstancias particulares de tiempo y lugar será bien utilizado. Sobre todo, en tiempos de crisis.
La promesa de descentralizar nuestro país ha venido existiendo desde hace más de tres décadas. Ha sido propuesta desde distintos conglomerados políticos, y aún no hemos visto una descentralización en serio.
No hay espacio para adueñarse de la verdad. Los convencionales deben asumir humildemente esta labor de redactar una buena Constitución para todos los chilenos, sin marginar a nadie por su pensamiento político.
El pasado domingo 29 de noviembre se llevaron a cabo las primarias municipales y de gobernadores regionales donde se vio una baja participación ciudadana.
El resultado del plebiscito del 25 de octubre evidenció que la mayoría de los chilenos quieren una nueva Constitución para el país.
«El progreso es imposible sin cambio, y aquellos
que no pueden cambiar sus mentes,
no pueden cambiar nada»