.
Quiero agradecerle a doña Ana María Menchaca por su carta de ayer. De todas formas, creo que ella malinterpretó el tema de la columna.
Mi columna del sábado no era sobre el feminismo. No me atrevería a enfrentar ese desafío. Mi columna hacía una dicotomía entre el valor y fama que se ganan los intelectuales versus el relativo anonimato en que quedan los aportes tecnológicos que nos cambian la vida.
La lectora es libre de disentir sobre el valor de la información que di en la columna sobre los efectos de la electricidad y la píldora en la liberación femenina, a pesar de que muchos las destacan como grandes contribuciones en favor de la mujer. Pero yo concuerdo con la lectora: existen también otras muchas ideas y tecnologías que han contribuido a la liberación femenina y simpatizo con ella en que queda mucho por mejorar. Algún día tal vez me refiera a esos temas en otra columna.
.
.
.
Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.