El terrorismo, para Fernando Savater, es «el reconocimiento de una alteridad inadmisible», por esta razón, el silencio, así como cualquier tratamiento favorable, neutral o selectivo de este fenómeno no es más que una especie de complicidad inadmisible. Al terrorismo no solo se lo derrota con las armas, sino que también con la comunicación, porque el terrorismo también es un fenómeno comunicativo. Como bien dijo, en febrero de 1978 en el periódico Il Tempo, Marshal Mc Luhan: «sin comunicación no habría terrorismo», y eso los terroristas lo saben mejor que nadie.
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