El delirio institucional del feminismo de género
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Publicado en El Mostrador 09.11.2022El Presidente de la República ha anunciado la reforma de pensiones llamada sistema mixto. Es la tercera vez en cinco años que tendremos la posibilidad de discutir los cambios en materia de seguridad social que queremos para nuestra vejez.
Sin embargo, a pesar de la importancia del designio, el oficialismo cae en muchas imprecisiones al entregar la información.
Primeramente, el nombre de la reforma sugiere que no existía antes un complemento entre las instituciones público-privadas en esta materia, siendo que este ha sido desde hace décadas un sistema mixto.
También se deja creer que el 6% adicional, al ser con cargo del empleador, no afectará al trabajador, cuando la evidencia demuestra que cualquier impuesto al empleo afecta a los sueldos en el largo plazo. Además, se pone énfasis en que los cambios propuestos promueven la capacidad de elegir, argumentando que actualmente solo se puede optar entre una AFP y otra, mientras que en la idea del Gobierno es posible elegir entre inversores privados y un administrador estatal. Como si un fondo estatal fuese una propuesta atractiva para los chilenos. A esto último hay que agregar que plantean impedir los cambios entre multifondos, haciendo que la gente se pregunte si realmente se avanza en la libertad de elección de las personas.
«También se deja creer que el 6% adicional, al ser con cargo del empleador, no afectará al trabajador, cuando la evidencia demuestra que cualquier impuesto al empleo afecta a los sueldos en el largo plazo».
Por último, cuando diputados del oficialismo insisten en que reduciendo el riesgo de inversión se mejorará la rentabilidad de lo cotizado, se entra en un error. Por regla general, solo al asumir más riesgos es posible lograr un mayor beneficio, y viceversa. Y cabe destacar que toda operación, para obtener utilidades, corre el peligro de la pérdida total del monto invertido.
Todos estos errores dan la impresión de que quienes han salido a defender la reforma no saben cómo funciona el sistema actual y el que promueven, o que directamente son intelectualmente deshonestos con la ciudadanía. Para poder alimentar el debate correcto y llegar al consenso que hoy necesitamos en esta importante materia, es necesaria la entrega de información clara por parte de las autoridades, sin eslóganes que escondan la realidad de lo propuesto e incentivando la discusión en torno a las preguntas correctas. ¿Debería el Pilar Solidario financiarse con impuestos generales o un impuesto al empleo? ¿Son mejores para las personas las cuentas nocionales o las individuales? ¿Cuánto del 6% se usará para ahorro? ¿Será eficiente centralizar los roles de las AFP en el Estado?
Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.
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