El delirio institucional del feminismo de género
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Publicado en Sabes, 04.10.2020A un mes de celebrarse el plebiscito constitucional, la franja electoral emitida por los canales nacionales dio inicio. Las distintas campañas de los comandos aluden a la importancia de cambiar o mantener la actual Constitución, pero poco han dicho del por qué se debe tomar aquella decisión en la urna o el cómo se desarrollará el proceso.
Se pueden apreciar campañas débiles en argumentación y con falta de pedagogía ciudadana, dándole énfasis a la emocionalidad como factor para decidir sobre el proceso constitucional. El miedo o la esperanza presente en los mensajes dan espacio a seguir atomizando el país y fragmentando incluso a las mismas coaliciones. En el último tiempo hemos aprendido la importancia de la conexión con las emociones para entender los procesos sociales que se dan en el país, pero es necesario alcanzar un equilibrio entre esta conectividad y la creación de un núcleo que ordene el razonamiento y le de coherencia al foco constituyente.
En un periodo crucial para nuestro país, la falta de ideas y de información entregadas por cada una de las franjas pudiese generar un debate ciudadano debilitado, lo que nos llevaría a que las personas participen del proceso desconociendo las implicancias de éste o, por el contrario, podrían desistir de participar en las votaciones del próximo 25-O. Este escenario sería negativo para la República, ya que un hito histórico como un proceso constituyente debiese ser de interés cívico de la gran mayoría de los chilenos para alcanzar la representatividad y validar una eventual Carta Magna.
Como país estamos viviendo cambios y nuestra democracia demanda líderes responsables. Por lo tanto, los políticos actuales deben velar por un proceso constituyente que se desarrolle con la mayor cantidad de información posible sin caer en cantos de sirena o falacias argumentativas. Confiamos en que le tomen el peso y le den una utilidad al espacio propagandístico para educar. Esta es la clave para tener un proceso democrático, y no nos quedemos con que democrático es solo participar, también es democratizar la información respecto del proceso y no dejemos que solo unos pocos sepan lo que una Constitución es, como está compuesta o lo que implican cambios o reformas.
Hoy en día presenciamos numerosas divisiones dentro de los bloques políticos, cuando uno esperaría que en la franja electoral se vea reflejada la unión interna entre los conglomerados bajo una única postura constitucional. Si bien la diversidad es provechosa para visualizar diferentes puntos de vista bajo el mismo marco de discusión, resulta un tanto confuso poder rescatar la esencia del mensaje transmitido generando posibles falsas expectativas sobre el proceso.
Esperemos que los políticos estén conscientes de esto y asuman su responsabilidad para responder a la ciudadanía debido a que son un sector muy importante y relevante respecto al debate; tienen la responsabilidad y el deber de intervenir en cómo se está transmitiendo el mensaje. Volvamos a darle importancia al voto informado, a una franja con contenido y no a la venta de simples consignas.
Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.
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