Hoy en día, pareciera que cada uno se siente víctima en algún aspecto de su vida. Esto no tiene nada de raro ni de negativo a priori.
El resultado de esta histeria protectora es infantes eternos, incapaces de desarrollar la resiliencia que la vida adulta requiere.
«El progreso es imposible sin cambio, y aquellos que no pueden cambiar sus mentes, no pueden cambiar nada»
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