Más que marcar una identidad, este movimiento ha generado una excesiva demostración de un supuesto virtuosismo. No es Bachelet versus Piñera, o parrianos versus nerudianos. Es bondad versus maldad. Yo soy bueno, formo un partido de gente pura, y el resto son los malos, los políticos y los empresarios. Yo soy bueno, voto apruebo, y el resto son malvados, los que van por el rechazo.
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Los bondadosos proponen siempre la misma, extraña y contraria solución: más poder y, especialmente, más poder para los políticos.
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¿Conocía usted la más importante razón del porqué los autos son tan caros en Chile?
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La Academia Liberal llega a la última clase del curso "En Defensa del Capitalismo Global", junto al afamado intelectual y escritor […]
Leer más«La libertad no es un regalo de Dios,
sino una conquista humana»
