¿El liberalismo tiene algo que decir respecto a la crisis ambiental? Absolutamente sí. ¿Por qué? Porque posee herramientas para contrarrestar los efectos.
Pareciera ser que el resentimiento ha llegado a tal punto, que los constituyentes son verdaderamente una extensión de la situación actual de una parte importante de la política.
Cuando no se repudia la violencia desde el principio, se deja abierto un espacio por donde ella se empieza a introducir lentamente en cada uno de los rincones de la sociedad.
Sin duda, dada la importancia, reiteración y la gran cantidad de países que han declarado estados de excepción constitucional, este tema adquirirá bastante trascendencia durante el debate constitucional.
Sin duda, el régimen y situación de las aguas serán uno de los temas que más importancia adquirirán durante este debate constitucional.
Considerar al voto como un derecho no quiere decir que este no pueda ser también un deber. Sin embargo, es importante aclarar que se trata de un deber moral, cuyo incumplimiento pesa únicamente en la conciencia del ciudadano.
En Chile cada vez se debilita más el derecho de propiedad. Lo anterior es signo y consecuencia directa del resquebrajo institucional, del deterioro del Estado de Derecho y del auge de las consignas y políticas populistas.
La derecha chilena, al menos aquella intelectual, sí vale la pena, pero requiere ser reformulada a través de puentes intelectuales entre liberales y conservadores.
El martes, 34 convencionales firmaron una declaración exigiendo el cumplimiento de un listado de “garantías democráticas”.
El proyecto de indulto a los presos de la revuelta puede perfectamente incluirse dentro del ciclo legislativo perverso que describo, donde, haciéndolo pasar por una causa noble en favor de inocentes perseguidos políticos, se intenta en realidad dar privilegios procesales a grupos particulares con el criterio rector de la afinidad política.
En Chile, la democracia liberal se deterioró a ritmo vertiginoso y el inminente cambio constitucional -en el cual fueron depositadas las más grandes esperanzas- no será capaz de recuperarla; es más, será este quien le brinde la última paleada de su entierro.
Daniel jadue declaró que si bien el derecho de propiedad tiene que mantenerse como un derecho fundamental, "este debe subordinarse al bien común".
Es un lugar común ver como muchos intelectuales y políticos se llenan la boca diciendo que Chile es un país “extremadamente individualista”, y que lo que haría falta acá es más “solidaridad”
El problema es que la política, es decir, aquel arte que, con responsabilidad, tiene el rol de escoger cómo y por dónde debemos avanzar, hoy solo está decidiendo sobre la base del vaivén emocional de las masas, de las redes sociales y del que grita más fuerte.
En Chile se ha perdido el valor normativo de la ley. Hoy solo algunas partes del ordenamiento jurídico se cumplen. Decidir transgredir la ley, bajo el balance del costo-beneficio, parece ser la mejor opción. Qué duda cabe. La posibilidad de que un delincuente sea en primer lugar, detenido; en segundo, juzgado; en tercer lugar, procesado; y en cuarto, condenado, son extremadamente bajas.
La violencia y la delincuencia se han hecho costumbre, acaparando el foco de la opinión pública que debería estar puesto en otras materias que sí podrían devolvernos un poco de dignidad.
Que las principales figuras de la cultura juvenil chilena sean artistas que rayan muros sin permisos y cantantes que hacen fiestas incumpliendo normas sanitarias, es reflejo de que la cultura de la basura es hegemonía en nuestra sociedad.
Avanzar hacia un autogobierno del agua (véase Ostrom 2000a) podría eliminar diferentes problemas como el de la poca fiscalización o el agotamiento del recurso. Y para esto es necesario que el Estado cumpla su rol de coordinador y mediador.
Definir si los hechos de violencia son terrorismo o no, no se trata de un simple problema léxico o conceptual, sino de un problema penal en cuanto a la tipificación del delito.
Una de las discusiones más álgidas que tendrá el proceso constituyente será la relativa a las definiciones de lo que algunos autores han denominado Orden Público Económico (OPE).
«La libertad no se pierde por
quienes se esmeran en atacarla, sino por quienes
no son capaces de defenderla»