Considerar al voto como un derecho no quiere decir que este no pueda ser también un deber. Sin embargo, es importante aclarar que se trata de un deber moral, cuyo incumplimiento pesa únicamente en la conciencia del ciudadano.
Cuando en algunos años se revise con calma este período de la historia de Chile, probablemente se concluirá que ha sido el más abusivo que nos ha tocado vivir.
La promesa de descentralizar nuestro país ha venido existiendo desde hace más de tres décadas. Ha sido propuesta desde distintos conglomerados políticos, y aún no hemos visto una descentralización en serio.
Quienes validan la violencia como modo de acción política, de forma táctica o explicita, inevitablemente están enviando la democracia al matadero. Porque la violencia como medio de acción, no es una extensión de la política, sino que es su supresión brutal.
En Chile cada vez se debilita más el derecho de propiedad. Lo anterior es signo y consecuencia directa del resquebrajo institucional, del deterioro del Estado de Derecho y del auge de las consignas y políticas populistas.
Resulta esencial comprender que el confinamiento indiscriminado ha sido una decisión producto de la ignorancia del momento y del pánico político.
Por donde se mire, América Latina sigue sumida en la incertidumbre, la inestabili- dad política y económica. Sigue atrapada en el caudillismo, la polarización, la demagogia, la pobreza, la corrupción, la anomia jurídica y el crimen organizado.
Chile está cansado de esforzarse y cree que lo merece todo y gratis. Nos hemos acostumbrado tanto a una economía libre, con promociones de todo tipo, que ya no reconocemos una oferta seria de una chanta, confundimos al casanova lujurioso con el pretendiente honesto.
La derecha chilena, al menos aquella intelectual, sí vale la pena, pero requiere ser reformulada a través de puentes intelectuales entre liberales y conservadores.
América Latina sigue sumida en la incertidumbre y la inestabilidad política y económica. Sigue atrapada en el caudillismo, la polarización, la demagogia, la pobreza, la corrupción, la anomia jurídica y el crimen organizado.
Y acá el candidato Jadue niega sin pudor las alianzas que lo llevaron al poder para luego afirmar que no promoverá una “ola estatizadora”. Era como Greta Thunberg diciendo tranquilos, no instauraré energías limpias.
El hecho de que entidades estatales, que deberían velar por el bienestar de todos, sigan lógicas mezquinas, al tratar de querer hacer negocios inmobiliarios o “pasadas” con sus terrenos, revela el profundo estado de descomposición de nuestra actual política y burocracia estatal.
No hay espacio para adueñarse de la verdad. Los convencionales deben asumir humildemente esta labor de redactar una buena Constitución para todos los chilenos, sin marginar a nadie por su pensamiento político.
El proyecto de indulto a los presos de la revuelta puede perfectamente incluirse dentro del ciclo legislativo perverso que describo, donde, haciéndolo pasar por una causa noble en favor de inocentes perseguidos políticos, se intenta en realidad dar privilegios procesales a grupos particulares con el criterio rector de la afinidad política.
Recién se estrenó la tercera temporada de esta serie cuyo tema central es la vejez. Pero la aborda de una manera tan cómica y profunda a la vez, que no agota, sino más bien reenergiza.
¿Retirar o no sus pensiones, frente a la amenaza (no concreta) de estatización? No es una respuesta fácil, pues si toman la decisión equivocada, no parece que los congresistas vayan a hacerse cargo.
Puesto que los comunistas no reconocen límites morales o legales a su voluntad de mantenerse en el poder a toda costa, 'lo único necesario para que el mal triunfe es que los hombres buenos no hagan nada'.
En "La sociedad abierta y sus enemigos", el filósofo Karl Popper dice que la falta de distinción entre lo que se consideran como leyes naturales y normas sociales es una característica de las sociedades tribales y cerradas.
Hemos llegado al nivel donde la identidad partidaria excede los prejuicios comparables a la raza, religión y otras relaciones distintivas.
¿cómo podemos argumentar que el “neoliberalismo” y la economía de mercado serían los culpables de la desigualdad económica existente, si los niveles de desigualdad que experimentamos hoy son levemente más bajos que los que existían hace 100 años?
«La libertad es un derecho humano fundamental,
sin él no hay vida digna»