La sustitución de trabajo por capital nos enriquece y mucho. Puede empobrecer material y emocionalmente a quienes no se adapten. Pero abre oportunidades de trabajo, riqueza, consumo y nivel de vida mejores para muchos más.
Todo lo que recibimos del internet ya está planeado para nosotros desde antes que lo recibamos. ¿La razón? Un conjunto de instrucciones prestablecidas para incrementar la eficiencia llamadas algoritmos.
Criterios esenciales para evaluar el estado del progreso y la prosperidad en el mundo.
Millones de empleos están desapareciendo o van rumbo a desaparecer. El cambio nos obligará repensar la educación y el rol del ser humano en la sociedad.
Una de las narrativas más dominantes que compartimos en el mundo occidental es la del trabajo. Y esta será la narrativa que será desafiada, cuestionada y finalmente destruida por los logros del aprendizaje automático y la inteligencia artificial.
Nueva evidencia sugiere que un manojo de cuentas automatizadas conectadas con operaciones de influencia rusa están desarrollando campañas para desarticular y dividir a las sociedades democráticas del mundo.
¿Es la tecnología un producto de la cultura, o la cultura es producto de los cambios tecnológicos a los que se ve expuesta una sociedad?
¿Qué conceptos, criterios e ideas pueden ayudar a lograr una evaluación más precisa y una reflexión más inteligente sobre el progreso y nuestro porvenir, apartando los prejuicios y combatiendo la ignorancia para aproximarnos más racionalmente a la realidad?
La batalla cultural más importante es la que libramos dentro de nosotros mismos.
El pretendido sacrificio del liberalismo por parte de los conservadores, para restaurar las virtudes perdidas, se basa en una presunción del todo discutible y absurda: que el sacrificio calmará a los dioses o eliminará los males del egoísmo, supuestamente propiciados por el liberalismo.
El sistema de mercado, con su entramado de acuerdos en base a intercambios voluntarios en torno a valoraciones subjetivas, es el principal bien público de una sociedad.
El argumentario que los detractores de la libertad quieren construir con la finalidad de posicionar sus esquemas caducos disfrazados de nuevas propuestas es una estrategia endeble y poco rigurosa la cual no resiste un minucioso análisis.
Si el pensamiento político católico es tan distinto al socialista; si miran con distinta óptica la realidad: ¿cómo es posible que algunos lleguen a las mismas conclusiones, consignas o lugares comunes que los presentados por la izquierda?
Para Deneen y los neo-comunitaristas de derecha, el liberalismo lleva al olvido la naturaleza social del ser humano. Solamente una escasa lectura y una mala digestión de lo leído puede explicar esta sesgada interpretación.
Resulta un error homogeneizar todo el movimiento feminista, amparados en acciones o consignas que no representan el sentir mayoritario.
Las redes sociales se ha convertido no sólo en el espacio de encuentro entre personas, sino también la fuente principal de información. Esa conectividad rápida pero poco profunda y reflexiva, nos hace estar en todos lados, y al mismo tiempo en ninguno.
En tiempos donde la corrección política ha extremizado posturas, alejando los puntos de encuentro y poniendo énfasis en el odio propio y en los sentimientos vulnerados, una discusión seria sobre el hate speech es necesaria.
El uso de la razón, desprovisto de analizar el sustrato sensible, emocional y tribal que aún inunda nuestra naturaleza humana, termina por abrir el camino del éxito a corrientes totalitarias y autoritarias que despiertan aquellos dispositivos atávicos de la masa enardecida.
Una verdad incómoda para Chile y América Latina: el creciente interés de China en la región va más allá de la simple asistencia mutua. Es una intrincada estrategia de penetración silenciosa, de sharp power con efectos de largo plazo.
La búsqueda del predominio de una identidad o colectividad sobre otra proyecta a los escenarios de consensos por una espiral de violencia e intolerancia dañina para cualquier orden civilizado.
«La libertad no se pierde por
quienes se esmeran en atacarla, sino por quienes
no son capaces de defenderla»