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Los problemas de verdad Publicada en El Mercurio, 28.09.2024

Los problemas de verdad

La semana pasada hubo 32 personas asesinadas («normalizadas» en la jerga ministerial) y la ministra del Interior los considera algo habitual. Esta semana Puente Alto se transformó en un pueblo del far west donde los tiroteos hieren a niños inocentes.

Esa violencia ocurre con un telón de fondo más macabro como es el de las colas y listas de espera en hospitales públicos que se multiplican y donde compatriotas mueren esperando que los operen. Y eso mientras el gremio de la salud dirigido por el PC (Confusam) hace un paro ilegal de 3 días.

«Desde el 2013 y hasta el 2023, el mundo creció a un 3,5% de promedio y Chile gracias a Bachelet y sus reformas anti desarrollo, creció a un magro 1,9% anual de promedio».

En TVN, sólo el primer semestre perdió más de $10 mil millones (un tercio de una Teletón). Con las pérdidas de TVN el Estado podría comprar 1 hora diaria de programación en todos los canales para hacer tv educativa. Eso saldría más barato que tener un canal propio en una industria en obsolescencia avanzada.

En materia de permisos, la prensa nos informa que el Consejo de Monumentos Nacionales, –que honrando su impronta se mueve en tiempos geológicos– detiene la construcción del metro, la pavimentación de carreteras y el desarrollo de proyectos inmobiliarios, y las autoridades ambientales impiden inversiones millonarias de Google y Colbún. A eso se agrega CONAF que además de provocar incendios paraliza inversiones millonarias. No en vano nuestras empresas son forzadas a invertir fuera de Chile.

Y como si las fallas del Estado no demostraran el colapso de un Estado anquilosado y capturado por gremios y políticos el gobierno quiere también manejar nuestras pensiones mientras contrata a más de 100 mil empleados que afectados por el estrés disfrutan en promedio de 33 días de licencia médica al año.

Desde el 2013 y hasta el 2023, el mundo creció a un 3,5% de promedio y Chile gracias a Bachelet y sus reformas anti desarrollo (tributaria, política y educacional que deben corregirse), creció a un magro 1,9% anual de promedio. Eso es acumulativo y significa que el mundo vio crecer su riqueza en un 35% y Chile sólo en un 20%. Esa diferencia entre Chile y el mundo es de 237 mil millones de dólares (equivalente al gasto fiscal de 3 años), que Chile dejó de disfrutar. Como vemos Bachelet y sus boys no sólo fueron capaces de bajar de los patines a los estudiantes, sino que bajaron de los patines a un país entero.

Y finalmente en sentido opuesto a lo que Chile necesita (bajar impuestos, desregular y mejorar certeza jurídica), esta semana, el Senado aprobó la enésima reforma tributaria que su pretexto de perseguir la informalidad y la evasión terminará acosando a los contribuyentes formales con rut y domicilio conocido.

Y así cuando Chile se cae a pedazos, el gobierno se dedica a perseguir a sus enemigos políticos distrayendo la atención hacia el sueldo de una profesora universitaria ( abogada constitucionalista, diputada, ministro de estado y ex constituyente y que gana menos de lo que nos cuesta cualquier diputado) que trabajaba en una universidad privada (a la que les reconocemos autonomía y les prohibimos el lucro para que atrajeran talento, reinvirtieran y pagaran buenos sueldos) sin gratuidad, pagando impuestos de un 40% (a diferencia de Vela, Narváez, Arenas, Güell y tantos otros que se apitutan en cargos diplomáticos con sueldos mayores, exentos de impuestos, pero que no atraen ni un solo matinal) y sus diputados se dedican a insultar gratuitamente a un ex ministro por los llamados que hizo o no hizo ejerciendo como abogado. Como si esos fueran los problemas de verdad que afectan a Chile.

Pero no hay de qué preocuparse. La reconstrucción de Viña del Mar está a cargo de Miss Gabinete, quien como ejecutiva plenipotenciaria ha demostrado una ineptitud y negligencia solo igualada por su entusiasmo por la moda (en la que gasta más que lo que gana una profesora). Y el Orden Mundial está a cargo del presidente que –cual adolescente que prefiere arreglar el mundo que ordenar su pieza– en la ONU llamó a terminar con un problema acuciante para los chilenos como el veto de las 5 grandes potencias en el Consejo de Seguridad. Viña del Mar y el mundo pueden estar tranquilos, Chile no.

Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.

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