JUNAEB: otro ejemplo de la inoperancia burocrática

Luego de las vacaciones de invierno ya estamos comenzando un segundo semestre del año escolar y 2 millones de estudiantes chilenos siguen sin recibir sus útiles escolares. Esto se vuelve más grave aún, luego de que se diera a conocer un pre-informe de la Contraloría General de la República, en donde se registraron  diversas anomalías en la JUNAEB. Estas irregularidades corresponden al proceso de licitación de los útiles y también en la licitación de la entrega de alimentos, las cuales, aparentemente, generaron un perjuicio de entre $12 y $16 mil millones. Con esto, aparentemente existieron pagos millonarios a empresas de alimentación, cuyos servicios nunca fueron entregados.

«Es aún más indignante que figuras como Nicolás Cataldo siguen respondiendo con total indiferencia, haciendo de la burla y la negligencia una tónica en la cartera educacional».

La Junta excusó el retraso argumentando que debían cumplir con estándares de calidad muy exigentes de los elementos que entregan, pero además porque deben ser minuciosos con los procesos de transparencia y probidad en la administración de recursos públicos. Sin embargo, es evidente que acá el problema no es un exceso de perfeccionismo ni autoexigencia, sino que es la ineficiencia y la deplorable administración pública lo que explica esta injusta y vergonzosa situación.

Con todo, el ministro de educación, Nicolás Cataldo, denunció que este era un pre-informe, y no concluía nada por el momento. Además, demostró sus molestias por la filtración del documento y comentó que le parece «muy complejo que hoy día se esté discutiendo sobre un pre-informe que en estricto rigor es un pre-informe reservado, confidencial y no público» y por lo mismo anunció que iniciaría un proceso administrativo por la filtración del mismo.

Nuevamente, el Secretario de Estado es incapaz de comprender el verdadero problema. Si bien es posible que tal documento no debiese publicarse, la cuestión de fondo es que miles de escolares carecen de útiles escolares, con los que se contaba para  marzo de este año. Además, este caso da cuenta de la oscuridad en la trayectoria de recursos públicos. Como dijo el ex director de la JUNAEB, Jaime Tohá, este es uno de los programas con «una de las inversiones más grandes que hace el Estado de Chile».

Asimismo, los recursos de todos los chilenos destinados a ayudar a aquellos niños y familias más vulnerables se pierden, profundizando la crisis educacional en nuestro país. Pero es aún más indignante que figuras como Nicolás Cataldo siguen respondiendo con total indiferencia, haciendo de la burla y la negligencia una tónica en la cartera educacional.  Con todo, lo más sorprendente es que esto se debe a que quienes se erigían como los grandes defensores de la educación pública no han hecho nada más que sepultarla con su incompetencia, inoperancia y posiblemente, deshonestidad burocrática.