He seguido las propuestas de Gabriel Boric y vi a Nicolás Grau, su jefe programático, en el CEP. Es admirable el desenfado y elocuencia con que expresan malas ideas.
Lo que olvida la izquierda chilena es que no estamos en una economía cerrada y que los inversionistas, al igual que cualquier persona con sentido común, ponen su plata donde más les convenga.
Bachelet ha abonado el terreno para la ideología y la demagogia en Chile, acercándonos peligrosamente a la desastrosa ruta de otras naciones que han caído en el engaño populista.
«La libertad no se pierde por quienes se esmeran en atacarla, sino por quienes no son capaces de defenderla»
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