mentira

Las fake news son mecanismos de tergiversación de la realidad que conllevan una creciente dificultad para discernir qué es verdad y qué es falso. 

Sin advertirlo, la lengua de las sociedades abiertas va siendo debilitada por neolenguas de diversas procedencias y con diferentes propósitos, que emplean de forma eficaz el chantaje de la corrección política.

El régimen socialista de Venezuela ha mostrado de forma explícita su verdadera cara dictatorial, irónicamente, gracias a sus propios errores a la hora de conformar su fachada como una democracia digna y humanitaria.

A las barras bravas no les importa la verdad, sino mantener su postura. Con ésta construye su identidad, una que no se erige sobre una reflexión profunda, sino en algo tan primitivo como la pertenencia a un grupo. No le importa tener una sociedad con libertad, sino una donde sólo exista una forma de expresión: la suya. El problema no está en que tengan ideologías, sino que están dispuestos a negar realidades con tal de mantener la coherencia de su pensamiento.

Por la metamorfosis de dos destacados periodistas en candidatos presidenciales muchos estimarán que detrás de cada profesional que entrega las noticias puede haber en ciernes un futuro candidato a diputado, senador o Presidente.

Las redes sociales se han convertido en el espacio ideal para el intrigante, el mentiroso y el mal intencionado. El cahuín es la norma diaria.