La izquierda a veces se olvida que, detrás de las abstracciones que ellos mismos alimentan desde la capital, existen ciudadanos comunes y corrientes que a diario sufren los atentados terroristas acá en el sur.
Definir si los hechos de violencia son terrorismo o no, no se trata de un simple problema léxico o conceptual, sino de un problema penal en cuanto a la tipificación del delito.
“Lo que el Estado no puede hacer es prohibirnos crear cosas que no dañen a otros, como fundar un colegio”.
La descomposición del Estado de derecho en el sur probablemente incubará algún tipo de reacción violenta para restaurar el orden, aunque ella demore en llegar.
«El progreso es imposible sin cambio, y aquellos que no pueden cambiar sus mentes, no pueden cambiar nada»
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