La izquierda millennial lloriquea porque la derecha estaría dejando su pasividad política, asumiendo un rol más activo en cuanto a disputarle espacios políticos, ideológicos, sociales, simbólicos y de poder que ellos consideraban ya conquistados.
Leer másLa lucha de clases existe, pero los papeles están invertidos. Marx se revuelca en su tumba.
Leer másLos mal llamados líderes progresistas no luchan por la justicia ni la libertad del pueblo sino por la sucesión en el poder.
Leer másBajo un discurso plagado de buenas intenciones se esconde la más profunda contradicción moral del progresismo de izquierda: su animadversión a lo distinto y su clasismo retrógrado y oligarca.
Leer másLa izquierda chilena debe reflexionar profundamente sobre las causas de su derrota.
Leer másProbablemente Alexis entiende mucho mejor que para favorecer el desarrollo de oportunidades es necesaria una política que favorezca la gobernabilidad y la divergencia democrática.
Leer másEl ejemplo más potente del desprecio por la cultura popular chilena es el adjetivo “facho pobre”, un sujeto que viene del mundo popular, con sus tradiciones y valores, pero es de derecha. Es un insulto tristemente común en redes sociales, basado en la supuesta superioridad moral de ciertas ideas. En buen chileno: es el roteo que usa la gente de izquierda.
Leer másPara las élites de izquierda solo algunos merecen sus alardeos por haber derrotar al duopolio. La democracia, entonces, debe estar reservada a sus círculos de hierro y los ciudadanos comunes y corrientes solo deben limitarse a votarlos.
Leer más«La libertad no es un regalo de Dios,
sino una conquista humana»