Este nuevo feminismo dejó de ver al hombre y la mujer como iguales y posibles complementos -pero nunca enemigos-, para tratarlos como dos polos antagonistas, donde la víctima y el perpetuador son universales, colectivos y con continuidad histórica.
Leer más«El progreso no es una bendición ininterrumpida.
A menudo viene con sacrificios y luchas»