En un país democrático como el nuestro, su presidenta/e tiene derecho a celebrar a dictadores, pero sus ciudadanos también tienen derecho a criticar su doble estándar: Bachelet condena (con razón) a una dictadura de derecha que duró 17 años, pero se emociona con una tiranía totalitaria de izquierda que se acerca a los seis decenios.
Leer másLa vieja izquierda se equivoca al ningunear hoy al centro para conseguir los votos de la nueva izquierda.
Leer másNuestro pueblo no es mayoritariamente de derecha ni de izquierda, sino de centro o indiferente a la cuestión política. Se trata de una gran mayoría desideologizada, ecléctica y pragmática, que quiere un poco de allá y un poco de acá, un mix de tradición y modernidad, Estado y mercado, continuidad y cambio.
Leer más«El progreso es imposible sin cambio, y aquellos
que no pueden cambiar sus mentes,
no pueden cambiar nada»