Inicio » Columnas » Riesgos de la economía de guerra
Riesgos de la economía de guerra Publicado en La Segunda, 21.03.2020

Riesgos de la economía de guerra

imagen autor Autor: Jorge Gomez

Cuando meses atrás el Presidente Piñera dijo que estábamos en guerra, no acertó. Si lo dijera ahora en cambio, tendría razón. Las restricciones que se avecinan para evitar la extensión del covid-19 así lo indican. Pero no enfrentamos a un enemigo convencional, sino a un virus pequeño pero contagioso. Los patógenos han cumplido un rol relevante en la historia humana: muchas veces han definido el curso de las guerras, las conquistas, las revoluciones, los flujos migratorios, la demografía y también han hecho estragos en las economías. 

Pero más allá de la historia, lo relevante tiene relación con como las medidas preventivas afectarán la economía a nivel mundial y a una economía chilena ya golpeada por manifestaciones semanales, saqueos y otros factores internos y externos. Y no me refiero solo a datos sino a normativas y prácticas que, en general, consideramos habituales y que son base de nuestra vida social y económica. Lo que Giorgio Agamben advirtió días atrás, que el temor a la pandemia podría abrir la puerta —en nombre de la seguridad— a una limitación de las libertades en base a un estado de excepción global, se asemeja a lo que había señalado Friedrich Hayek en 1944: que durante las llamadas economías de guerra se extienden las posibilidades no solo de una mayor planificación económica, sino de un auge dictatorial o totalitario. La normalización del estado de excepción como una forma de vida.

El proteccionismo, en todo sentido, podría ser peor que la enfermedad que hoy amenaza al mundo.

La economía planificada, para muchos alternativa al libre mercado, se expresa de manera explícita en las medidas restrictivas frente a la amenaza viral. Y vemos que no es el mundo ideal que muchos presumen. Y nos damos cuenta de que la libertad económica no es simplemente poder disponer del dinero para elegir entre una gaseosa u otra, sino que permite a las personas elegir sus tiempos, espacios, límites y fines sin depender de las directrices de las autoridades o expertos.

Considerarlo es clave para evitar que la excepcionalidad jurídica y económica se torne permanente. Si eso ocurre, la posibilidad de repuntar y recuperarnos del desastre sanitario y económico es muy baja porque lo que necesitamos como sociedad es que las personas vuelvan a mover la economía, con su trabajo y consumo, a partir de sus propios esfuerzos, motivaciones y creatividades. El proteccionismo, en todo sentido, podría ser peor que la enfermedad que hoy amenaza al mundo.

.

.

.

Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.

ÚLTIMAS OPINIONES

Proyecciones optimistas

Señor Director: Al ser consultado sobre su optimismo por el crecimiento económico en 2024, Mario Marcel sugiere que otros economistas […]

Publicado en La Segunda, 21.03.2020
Proyecciones optimistas

«Paguen mejor», ¿a menos personas?

«Si realmente quieren que haya inclusión, paguen mejor». La frase de la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, en un reciente […]

Publicado en La Segunda, 21.03.2020
«Paguen mejor», ¿a menos personas?

Anticomunismo y espionaje

Organizando un paseo para mirar pájaros por las selvas del Paraná, leí que Graham Greene había escrito una novela ambientada […]

Publicado en La Segunda, 21.03.2020
Anticomunismo y espionaje

VIDEO DESTACADO

«El progreso no es una bendición ininterrumpida.
A menudo viene con sacrificios y luchas.»

Súmate a la FPP

¡ Chatea con nosotros !