Un debate espinudo
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Estadillo social, COVID - 19, crisis política e institucional, entre otros, son temas que han polarizado a la sociedad tanto chilena como mundial. Hoy, muchos temen defender sus ideas, sumergiéndose en un espiral del silencio, mientras otros atacan con fuerza a aquellos que no piensan igual, tratándolos de enemigos solo por no compartir su punto de vista. Esta polarización nos recuerda al periodo de la Inquisición, en que un tribunal eclesiástico —abolido en el siglo XIX— perseguía y castigaba a todo aquel que no compartiera las doctrinas de la Iglesia. A este fenómeno inquisidor actual, muy potenciado por las redes sociales, el Presidente de FPP, Axel Kaiser, le llamó Neoinquisición.
Kaiser centra su reflexión en la corrección política desmesurada —que intentan imponer ciertas ideologías— y que está provocando el colapso de la esfera pública como espacio de diálogo y debate de ideas. Esta práctica ha desencadenado verdaderas “cacerías de brujas” hacia quienes digan o piensen lo contrario a lo socialmente aceptado. Así, la falta de libertad de expresión, acompañada de una irracionalidad fanática, nos llevaría a un tipo de pensamiento único, que es el que suele imperar en épocas oscuras de la historia.
Axel Kaiser, abogado, doctor en filosofía, profesor universitario, analista político y escritor chileno, publicó su nuevo libro titulado "La Neoinquisición" en mayo de este año, donde profundiza en la fuerza impositora de las ideologías, y el colapso que se vive en la esfera pública para debatir ideas y dialogar.
A continuación te invitamos a ver el video en que el autor de "La Neoinquisición" explica el significado del concepto:
Es un movimiento integrado por personas cargadas de fervor religioso, fanático que atacan persiguen y censuran a aquellos intelectuales, figuras públicas o incluso personas comunes y corrientes que manifiestan opiniones o expresan sus ideas y estas no se ajustan a los estándares de pureza ideológica que estos neoinquisidores proponen como los únicos validos para la vida en común.
Esto es propio de todo movimiento totalitario, como bien explica George Orwell en 1984, entendiendo al comunismo como una construcción teórica y luego política, decisivo en el nazismo.
La destrucción de aquellos símbolos que no se ajustan a la ideología de los neoinquisidores como, la quema de libros o purga de estatuas, la destrucción de documentos históricos que no respetan estos dogmas, además el afán de recrear y reconstruir, no solo el presente sino también la historia de acuerdo a los filtros de la única moralidad tolerable, son elementos distintivos de esta Neoinquisición que hoy esta manifestándose de manera extremadamente agresiva en occidente, no solo con nuestros monumentos históricos sino también con obras de arte y con pensadores de distintos credos que se atreven a manifestar opiniones que desestiman o de alguna manera no se alinean con la dogmática de la Neoinquisición.
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