Dominga siete
Chile debía ganar a un rival siempre difícil liderado por el talentoso 10 Enzo Francescoli. Entre sus filas, la Roja alinea al patadura pero de gran corazón "Chiqui" Chavarría, quien se manda una entrada criminal que saca del partido al ídolo charrúa. Entrevistado más tarde sobre su desempeño en la cancha, el "Chiqui" no se mostró arrepentido sino que señaló algo así como: "Jugué bien, y gracias a Dios lesioné a Francescoli", frase que jamás figurará en ninguna antología del fair play deportivo.
No se por qué cuando escuchaba al intendente de la IV Región explicar el rechazo de la mina Dominga, me acordé del "Chiqui". Ese desvalor atávico que nos invade a los chilenos que algunos han denominado "chaqueteo". Estoy seguro de que si Superman fuera chileno, en la Nueva Mayoría harían cola para pisarle la capa.
Es curiosa la propensión de algunos chilenos a destruir, a estorbar el progreso del resto, a solazarse con el dudoso mérito de impedir que los demás hagan lo que saben hacer bien, y de pasada -en ese partido- evitar que los miles de fanáticos que disfrutábamos de Francescoli lo pudiéramos ver.
Ahora la escena es parecida, pero nos llega desde la IV Región. Un grupo de funcionarios nombrados políticamente se dan un gustito, impidiendo que una región con serios problemas de pobreza y cesantía avance. Para ello no hayan nada mejor que prohibir el desarrollo de un proyecto minero (Minera Dominga) que contaba con todas las aprobaciones técnicas y ambientales requeridas. El proyecto invertiría 2.500 millones de dólares en la región, lo que le hubiera asegurado al menos 5 años de baja cesantía en la zona y miles de dólares para el erario público. Pero funcionarios políticos que no sufrirán las consecuencias nefastas de su decisión se dan un gustito político que tiene el sello de la Nueva Mayoría escrito en todas partes. Quitarles los patines a todos los que quieren avanzar, frustrar a los pocos que hoy tienen el entusiasmo y la osadía de querer invertir para desarrollar el país; en fin, evitar que Chile progrese oponiéndose a cualquier proyecto de desarrollo.
"me duele que unos burócratas impidan que una región en que todo es difícil se desarrolle como se merece."
La decisión final hubo de dirimirla el intendente Claudio Ibáñez, quien pasará a formar parte del salón de la fama de los innombrables de nuestra historia, como el "Cóndor" Rojas, el general Contreras o Chonchol. Tengo mis raíces en la IV Región, mis abuelos están enterrados en el cementerio de Ovalle mirando el maravilloso valle del Limarí, y veraneábamos en Tongoy como muchos de la IV Región. Mis afectos y raíces están en la zona. Por eso me duele que unos burócratas impidan que una región en que todo es difícil se desarrolle como se merece.
Las explicaciones dadas son tragicómicas. El discurso del intendente junto con la entrevista del ministro del Interior en Radio Duna merecen ser incorporados en alguna antología del teatro del absurdo. Es como presenciar un diálogo entre "Don Pío" y el "Chavo del Ocho".
El ministro dice que habló con el intendente, pero no de la Mina Dominga. Aquí hay dos opciones: o el ministro dice la verdad y habló de otra cosa, lo que confirma que es como Don Pío y vive en otro planeta y efectivamente omitió referirse con su subordinado al proyecto de inversión más grande de este gobierno; u oculta la verdad, con lo cual se integra a la galería de políticos que cultivan eso de la posverdad.
Lo más increíble es que dicen las malas voces que al ministro de Hacienda -que parece payaso de circo pobre haciéndolas todas para evitar que la retroexcavadora termine de destruir la economía- nadie le contó de la maniobra política diseñada supuestamente desde el propio Gobierno para afectar la campaña de Piñera.
A lo mejor alguien logró anotarse una victoria política con esta decisión, pero a mí me parece otro "Domingo siete" de los que nos tiene acostumbrado este Gobierno, en que el interés de largo plazo del país se sacrifica en aras de una victoria política de corto plazo. En el futuro, cuando al intendente Ibáñez le pregunten por su gestión, el como buen representante de la NM podrá decir "lo hice bien, impedí Dominga".
Las opiniones expresadas en la presente columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.
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