El Ingreso Básico Universal o impuesto negativo al ingreso, es un enfoque de política social que busca sustituir los programas de ayuda articulados desde el Estado central.
La protección del derecho de propiedad y avanzar hacia una sociedad más próspera, justa y equitativa no serían objetivos contrapuestos ni excluyentes, sino compatibles, y, de hecho, fuertemente correlacionados.
El escándalo de Cachagua nos viene a recordar una lección para no olvidar: los jóvenes no son poseedores de un criterio moral superior que los viejos solo por el hecho de ser jóvenes.
La seguidilla de retiros de fondos previsionales constituye a todas luces la antesala hacia el fin del actual sistema de capitalización individual y la transición total o parcial de los fondos hacia un sistema de reparto.
«El progreso es imposible sin cambio, y aquellos
que no pueden cambiar sus mentes,
no pueden cambiar nada»