Nuestros legisladores tienen una enorme confusión entre lo que es el derecho y la legislación, que se disfraza tras una retórica burda donde las normas legales son vistas como una mera expresión de sus propios deseos y prejuicios.
Si queremos una sociedad civilizada debemos poner a la razón como el instrumento central de juicio y desplazar el sentimentalismo del debate público.
La causa de la libertad tiene sentido, pero para que triunfe debe estar secundada por personas dispuestas a defenderla sin complejos.
No se trata de si debemos cerrar fronteras o abrirlas de forma absoluta, se trata de canalizar de forma ordenada una de las consecuencias de vivir en un mundo globalizado.
El Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio no puede ser únicamente un Mecenas estatal, más bien debe abrir espacios y oportunidades para que la sociedad civil participe de manera eficaz en las artes.
Generar mejores y mayores niveles de conectividad, mediante mejoras en la infraestructura, no solo permitirá mejoras los estándares en cuanto a calidad de vida de los habitantes, sino que facilitará el acceso de inversiones y capital humano
El problema no es si se cambia o no la Constitución, ni por qué la cambiamos. El conflicto es previo: cuál sociedad es la que buscamos construir.
A falta de una izquierda ordenada y con ideas sensatas, parece que en la derecha empiezan a buscar enemigos internos. Así, durante el verano, diferentes conservadores nos entregaron un debate respecto al liberalismo y otros gajes del oficio.
La idea de que el futuro está ocurriendo pone urgencia a las acciones y decisiones políticas, empresariales y sociales, que incluso debieron ser tomadas hace mucho.
La gran gracia de un gobierno está en cómo resuelve las preguntas que no son tan evidentes.
Señor Director: Temo que Carlos Williamson no solo confunde conceptos, sino también todo el punto del debate. Jamás he sostenido, […]
La derecha ha vuelto a pensar en su proyecto de ideas, y así, en cómo proyectar su gobierno ya no sólo por los próximos cuatro años, sino para los dos períodos presidenciales siguientes.
La filosofía es una conquista individual fundada en el escepticismo frente al mundo.
"La corrección política está llegando a niveles desconcertantes y llevando a censuras ridículas, por ejemplo, en la literatura; a coartar la libertad de expresión en las universidades; y a evadir conflictos reales que luego terminan por explotar de mala forma."
El mercado laboral del futuro requerirá mucho de sensibilidades y habilidades humanas, porque si bien desaparecerán numerosos oficios que conocemos hoy, no faltarán cosas que hacer para las personas. Este escenario no es igual al de la revolución industrial de hace un par de siglos. Es mucho más desafiante, porque lo que las máquinas hacen por nosotros hoy domina el campo de lo cognitivo, mas no tanto de lo físico ni lo muscular.
El tiempo de instalación de un nuevo gobierno es clave para revalidar el apoyo ciudadano e incluso puede sentar las bases de su continuidad. Sebastián Piñera comprendió que esta vez no hay espacio para la improvisación y la repetición de nombres en las subsecretarías responde a esta lógica.
La migración es el gran fenómeno político del momento. Como buenos chilenos, la ola nos está reventando en la cara, mientras intentamos apaciguarla con una ley de 1975.
Como diría Friedman, "el corazón de la filosofía liberal es la creencia en la dignidad del individuo y de su libertad de hacer lo mejor de sus capacidades y oportunidades de acuerdo a sus propias luces" y es incompatible con la idea de "redistribuir por razones de justicia".Lamentablemente muchos economistas de Chicago parecen haber olvidado esa lección.
El neoliberalismo, este no es más que el sucesor -algo empobrecido- del liberalismo originario, y sus resultados, como ha mostrado Deirdre Mccloskey, han sido parecidos: una explosión sin precedentes en la historia humana en el progreso económico y social de la población, de lo cual nuestro país es un irrefutable ejemplo.
El público debe percibir que hay un plan de país y sintonía de los valores que los sustentan (...) que el timón está firmemente alineado en una dirección y que esa dirección no es la del discurso elitista, sino la de las clases medias y emergentes que quieren sentirse tomadas en cuenta por sus autoridades y no despreciadas y sujeta a grandiosos experimentos sociales sin que alguien les haya preguntado nada.
«La libertad es un derecho humano fundamental,
sin él no hay vida digna.»