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Brotes libertarios en el pantano populista

Brotes libertarios en el pantano populista

imagen autor Autor: Axel Kaiser

Si hay algo más sorprendente en América Latina que el esmero casi calvinista con el que se intentan una y otra vez recetas fracasadas, es la determinación de pequeños grupos de combatir y resistir el asalto populista en nuestros países.

El triunfo de la libertad siempre ha sido obra de minorías, dijo Lord Acton, y la semana pasada tuvimos un claro ejemplo de ello con la visita de Gloria Álvarez, invitada por la Fundación para el Progreso. En momentos en que el cáncer populista hace metástasis en la región, la joven y carismática guatemalteca ha logrado inspirar a decenas de miles de personas a través de América Latina a resistir y exigir la restauración de principios e instituciones republicanas.

Así como lo están haciendo muchos jóvenes, el mundo empresarial debe asumir un rol clave en la defensa de la ideas básicas de la sociedad libre

Su visita a nuestro país ha dejado varias lecciones: la primera es que el liberalismo está cada vez más "in" entre la juventud y el socialismo cada vez más "out" aunque siga predominando. La segunda es que esta pelea contra el populismo y el socialismo no puede darse sin coraje, es decir, hay que salir de la queja en el almuerzo y hacer algo al respecto.

La tercera es que, así como lo están haciendo muchos jóvenes, el mundo empresarial debe asumir un rol clave en la defensa de la ideas básicas de la sociedad libre en lugar de acomodarse con el gobernante de turno para seguir llenándose los bolsillos.

América Latina ya no tolera más el mercantilismo y los privilegios y ningún orden podrá sostenerse si la idea se instala de que quienes han tenido éxito lo han tenido como producto de arreglos corruptos con el poder político. Un sistema de mercado libre y honesto es así el mejor antídoto contra el populismo y la única garantía de que haya prosperidad transversal. Es además el mejor negocio en el largo plazo, pues la espiral estatista intervencionista que promueven los populistas termina invariablemente en crisis y amenazas concretas de expropiaciones, nacionalizaciones y otras.

Pero más allá del cambio de mentalidad requerido para acabar con la cultura populista en la región, vale la pena enfocarse en los brotes de libertad que subsisten en el pantano de la demagogia y opresión latinoamericano. En Venezuela el Cedice, liderado por Rocío Guijarro aun a riesgo de perder la vida, difunde las ideas de la sociedad libre entre la juventud sembrando semillas que serán vitales para el futuro del país.

En Argentina, Fundación Libertad, dirigida por Alejandro y Gerardo Bongiovanni y Libertad y Progreso liderada por Agustín Etchabarne, entre muchos otros think tanks, defienden heroicamente la dignidad de los argentinos contra un gobierno opresor y creador de miseria como el de Cristina Kirchner. Estudiantes por la Libertad es otra organización notable que existe en todo el mundo y que ha reunido a decenas de miles de jóvenes en torno a los principios de la sociedad libre y que crece con rapidez en América Latina.

En Ecuador el Instituto Ecuatoriano de Economía Política que preside Dora de Ampuero hace un trabajo formidable de educación y difusión de ideas en condiciones extremadamente adversas. En México, Caminos de la Libertad, liderado por la incansable Bertha Pantoja con el apoyo del Grupo Salinas ha logrado resucitar las ideas de la sociedad libre en un país en que parecían desaparecidas.

En Bolivia la Fundación Nueva Democracia hace un trabajo admirable frente al populismo autoritario de Morales, mientras que en Guatemala, la Universidad Francisco Marroquín, una de las mejores del continente, ha definido su posición filosófica como liberal nutriendo a todo Centroamérica de profesionales e intelectuales de gran influencia que han logrado triunfos espectaculares contra el aparataje populista.

Son por cierto muchas más las organizaciones y grupos en los diversos países que no se rinden y que asumen grandes riesgos por recuperar una institucionalidad seria y al servicio de las libertades. Usted podrá pensar que todas ellas palidecen frente a las fuerzas de que disponen los populistas. Y es verdad. Pero como dijo Margaret Mead, jamás debemos subestimar el poder que tiene un pequeño grupo de personas comprometidas de cambiar el mundo.

Fuente: Diario Financiero

Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.

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