Abandonar Chile
En 2018 Chile se encontraba en el puesto 14 entre los países con mayor libertad económica del mundo según el […]
Publicada en El Mercurio, 31.03.2024Para el presidente de la Fundación para el Progreso, el Gobierno no está dejando de lado la batalla de las ideas «la está perdiendo». Quien la está ganando, afirma, es más bien el «sentido común». Sobre las presidenciales, dice que todavía está incierto el panorama, pero que si las encuestas se mantienen, debería ganar Evelyn Matthei. «De Chile Vamos, es a la persona que más fe le tengo», agrega.
En las oficinas de la Fundación para el Progreso (FPP), algunos se mueven apurados para preparar el lugar. Esperan llenar la oficina de jóvenes para una clase sobre el liberalismo que impartirá Axel Kaiser, presidente de la institución. Esto, dice él, pasa seguido. La semana anterior, mil personas se conectaron para oír su charla sobre F.A. Hayek.
El abogado se considera uno de los principales voceros de las «ideas de la libertad», en Chile y en la región. Comenta que el triunfo en Argentina de Javier Milei -de quien es cerca-no— fue «una revolución cultural que nosotros hicimos» y afirma que ve un cambio cada vez que da «conferencias en países de América Latina, donde hay millones de jóvenes abrazando estas ideas».
Así, recorriendo la oficina con paredes rojas, llena de libros de su autoría y de la Editorial FPP, dice que la fundación que creó es «el templo del pensamiento liberal y el principal faro de libertad del país». Analiza también el «wokismo» y la discusión que se ha instalado a raíz del libro de Susan Neiman «La izquierda no es woke».
«Woke viene del inglés de to be awakened. Es una expresión peyorativa, como "tú eres iluminado, ves la verdad"», señala. En ese sentido, indica que «la izquierda woke es una reacción en contra de la ilustración y los ideales de la razón como instrumento para conocer la verdad». Y concluye: «En la medida en que tú niegas la posibilidad de conocer una verdad por parte de todos los seres racionales, lo único que queda es tu mera subjetividad.Por tanto, queda un conflicto de poder de distintos grupos y gana el más fuerte».
«Si a Javier Milei le termina yendo bien, que es lo que creo que va a ocurrir, el efecto de demostración sobre toda la región va a ser colosal».
¿Cómo ha influido en el último tiempo la cultura woke en el país?
Es el capital político de todo un sector de la izquierda. El Frente Amplio y el Partido Comunista han abrazado ese posmarxismo. «El discurso identitario, de las minorías indígenas, del feminismo recalcitrante y fanático que postula que las mujeres son oprimidas por el patriarcado, las minorías sexuales, todo eso es una representación de los ideales identitarios de la cultura woke, que es muy propia de ideologías colectivistas. El nazismo y el comunismo tienen en común ser, en ese sentido, también cultura woke, porque dividen a la sociedad en tribus».
¿Está de acuerdo con la tesis que plantea Neiman de que la izquierda no es woke?
No he leído el libro, pero la izquierda hoy es woke. Para fundar una ideología totalitaria, que es la cultura woke que inspira a la izquierda, tienes que renunciar al pensamiento racional tradicional. Negando la existencia de verdades universalmente cognoscibles a través de un determinado método, como el diálogo racional y la evidencia, se sostiene que hay una verdad que resulta incomprensible para otros por su clase social, raza u orientación sexual.
Kaiser, luego de revisar parte de la obra de la filósofa estadounidense, agrega: «Hay una centroizquierda que no es woke, que también está en EE.UU., porque cree más en la igualdad ante la ley y no tanto en esta cosa identitaria de los grupos. Pero esa no es la izquierda que gobierna acá»
A su juicio, ¿el Gobierno es woke?
Totalmente. El gobierno de Boric es un referente del identitarianismo colectivista tribal. Un fascismo de izquierda y del irracionalismo en el que se tiene que fundar. Su inspiración ideológica es totalitaria; si pudieran imponer su agenda, terminaríamos en un sistema opresivo.
«TODO DEPENDE DE LA BATALLA CULTURAL»
¿Está la derecha disputando la batalla cultural hoy?
No. O solo marginalmente. Al menos, a nivel político, las categorías de análisis instaladas en la discusión pública son de la izquierda y centroizquierda. Ha habido una reacción en vista del fracaso de las ideas de izquierda, que en su momento Chile Vamos aplicó cuando gobernó (...). Pero la derecha no tiene claridad intelectual porque no lee, no conoce los conceptos básicos. No entiende la importancia de la batalla cultural.
¿Está de acuerdo con el diputado Winter (CS) que el Gobierno está dejando de lado la batalla de las ideas?
El Gobierno no está dejando de lado la batalla de las ideas, la está perdiendo, porque hay cada vez más una resistencia a su agenda marxista, y está quedando demostrado que en la práctica son un desastre.
¿Y quién la estaría ganando?
El sentido común. La gente al final se está dando cuenta de que las ideas de izquierda no funcionan (...). Y ahora, gobernando ellos, están demostrando que la marca de la izquierda era un bluff porque es difícil disociar las ideas de quienes las implementan.
ALERGIA DE CHILE VAMOS
¿Es posible la unidad en la oposición?
Pareciera empezar a tomar forma entre Chile Vamos y Demócratas. Lo que confirma una vez más que Chile Vamos no es liberal, es socialdemócrata de centroizquierda. Pero me parece sano que haya una centroizquierda racional.
¿Por qué cree que Chile Vamos es socialdemócrata?
No tiene una filosofía fundamental que busque la reducción del tamaño del Estado en todas las esferas posibles. Al revés, ha participado de manera activa en incrementar el tamaño del Estado y la confiscación que se hace de la propiedad de las personas mediante alzas de impuestos.
¿Ve factible que los republicanos se sumen a acuerdos electorales con la oposición?
Espero que sí. Da la impresión de que hay una alergia mayor desde Chile Vamos y Amarillos y Demócratas a pactar con los republicanos que al revés, porque se sienten más cómodos con las ideas de izquierda. «De todos modos, tienen que ir en acuerdos electorales. No pueden dejarle el país en bandeja a los que lo están destruyendo».
En una columna comentó que «ningún proyecto restaurador es gradual o centrista», pero Chile Vamos se acerca al centro...
Por eso puede naufragar si ganan el gobierno porque no tienen la actitud ni las ideas para resolver los problemas. Tienen que ser radicales. El país está en crisis y se tienen que tomar decisiones categóricas. «No me cabe ninguna duda de que si la izquierda pierde el poder va a armar desórdenes y violencia en todas partes».
¿Cree que Chile debería elegir un gobierno como el de Javier Milei?
Una especie de mezcla entre Milei y Bukele, porque nuestros problemas están en el lado económico y en el orden y seguridad.
¿Y quién podría personificarlo?
Hay dos alternativas: Johannes Kaiser y Rodolfo Carter. «Veo en ellos la absoluta determinación para hacer lo necesario para restaurar el orden público y la seguridad. Y eso no se observa en Chile Vamos, mucho menos en la izquierda y la centroizquierda».
Sobre la presidencial, ¿quién podría ganar?
Incierto el panorama, pero si las encuestas se mantienen, tendría que ser Evelyn Matthei. Y de Chile Vamos, es a la persona que más fe le tengo, por su carácter, porque si se lo propone, puede ser dura, y Chile necesita un liderazgo firme, portaliano y duro.
¿Usted estaría abierto a algún cargo?
Para el único cargo que estaría disponible sería para el de Presidente de la República. Pero este no es el momento.
Algunos piensan que el estallido solo tiene que ser leído en función de lo que ocurrió el 18-0. ¿Qué pasa con el malestar social que le dio origen?
Ese malestar tuvo que ver con las reformas del segundo gobierno de Bachelet, que destrozaron la posibilidad de progresar. «Sin su gobierno, no habría habido crisis el año 2019, tal vez solo actos de violencia pun-tuales, como los que propone el PC».
El gobierno de Piñera, ¿no tiene ninguna responsabilidad?
Tiene la responsabilidad de haber prometido que vendrían tiempos mejores y de no haber puesto todo el capital político para arrinconar a la oposición de la época y responsabilizarla del desastre que habían generado en Chile.
«GIRO HACIA LAS IDEAS DE LIBERTAD»
¿América Latina está dando un giro hacia la derecha?
Está dando un giro hacia las ideas de la libertad (...). Si a Javier Milei le termina yendo bien, que es lo que creo que va a ocurrir, el efecto de demostración sobre toda la región va a ser colosal.
¿Cómo evalúa su proyecto de 100 días?
Con un éxito que superó todas las expectativas, no las mías, pero sí del 99,9%.
¿Milei, Bolsonaro o Trump podrían considerarse populistas?
Hay tonos populistas en el discurso de Milei que tienen que ver con la denuncia de la casta (...). Esta es típica del populismo, pero normalmente el populismo lo hace engañando a la gente para incrementar el poder una vez que llegue a él (...). Si uno entiende el populismo siempre como un engaño, Milei no lo es porque dice la verdad.
¿Y Bolsonaro y Trump?
Bolsonaro tiene tonos populistas, pero no cuadra en el escenario de un populista clásico, agresivo, latinoamericano, como se ha visto históricamente, aún cuando fue menos respetuoso con la institucionalidad. «Trump me parece que cuadra más con una definición de populista. Ahora, el gobierno de Trump sin duda fue superior al de Biden, este último ha sido una catástrofe».
Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.
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