Aplausos, luego indemnizaciones
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Publicada en El Mercurio, 30.03.2024En las últimas elecciones, la derecha eligió 6 gobernadores, aunque en lista única podría haber elegido 11. Sus líderes celebraron subir de 1 a 6, pero nadie se hizo responsable de perder 5 por ir separados. En Aysén, donde la derecha llevó solo un candidato, Marcelo Santana sacó 55% y salió en primera vuelta. El caso inverso fue en la región de Los Ríos, donde los 3 candidatos de derecha sumaron 59,1% de los votos y salió elegido el candidato único de izquierda que sacó el 40,9%. Eso significa ganar la votación y perder la elección.
«Por la derecha aparecieron otros tres partidos nuevos: P. Republicanos, Social Cristianos y Nacional Libertarios. En vez de buscar la hegemonía de sus ideas y líderes dentro de los partidos que existen, crean nuevos. En lugar de armar un programa y una lista común, y apoyar a la candidata con más posibilidades de sacar un 50 más 1, prefieren su camino propio. Si no se unen, la derecha corre el riesgo de terminar como en la región de Los Ríos»
Evelyn Matthei fue proclamada por Evópoli. En su discurso ella hizo un llamado a la unidad. Por primera vez la UDI, RN y Evópoli resignan una fratricida disputa interna y postergan las ambiciones de sus figuras más reconocidas para proclamar una candidata de unidad. En otros tiempos, el que la UDI y RN se hubieran puesto de acuerdo hubiera sido una hazaña. Ahora son tres los que concordaron candidato único y no es suficiente. Por la derecha aparecieron otros tres partidos nuevos: P. Republicanos, Social Cristianos y Nacional Libertarios. En vez de buscar la hegemonía de sus ideas y líderes dentro de los partidos que existen, crean nuevos. En lugar de armar un programa y una lista común, y apoyar a la candidata con más posibilidades de sacar un 50 más 1, prefieren su camino propio. Si no se unen, la derecha corre el riesgo de terminar como en la región de Los Ríos. Si eso nos pasa, nos merecemos a Jara, Tohá, Jadue o quien quiera que termine de enterrar a nuestro Chile querido.
Este año se eligen 23 senadores. Con lista única es muy posible sacar 13 para un Senado que durará 8 años y así quedar con amplia mayoría los primeros cuatro años al menos. Con dos listas es claro que hay riesgo en todas las regiones que eligen 2 senadores (en Atacama si la oposición va en dos listas el gobierno elige a las 2 senadoras Provoste y Cicardini). Ganar permitiría dictar leyes que empoderen a Carabineros, derogar y corregir todas las leyes que nos tienen postrados. Por lo menos todas aquellas que mantienen un Estado tan ineficiente como megalómano, capturado por una izquierda que vive y muere para obstaculizar el desarrollo de las personas, y vivir sin producir a costa de los contribuyentes. Pero claro, para los puristas es mejor el camino propio que saca hartos votos y pierde las elecciones.
Contra la unidad conspiran los egos, las ambiciones desmedidas, las rencillas o desaires del pasado, las platas políticas que fluyen a los partidos en función de los votos, la aversión a competir de algunos candidatos que quieren ir blindados, las oportunidades futuras que crean para unos y otros… en fin. De los cuatro candidatos más posicionados (Matthei, Kaiser, Kast y Carter), los 3 varones tienen edad para esperar. Para Matthei, esta es la última vez que nos intenta salvar. Todos los demás pueden postergarse un poco y ponerse a trabajar en un proyecto común. Pueden ser ministros, senadores, jefes de campaña en un gobierno restaurador, que se centre en seguridad y crecimiento económico. En Chile no necesitamos ni la retroexcavadora de Quintana ni la motosierra de Milei. Necesitamos una mesa de reunión y compartir un café mientras un gran espectro político se pone de acuerdo en anteponer los intereses de Chile a los propios o a los de sus partidos.
Si se repite la última elección de CORES, la oposición enuna sola lista podría sacar el 63% de los diputados (asumiendo 2 listas de izquierda) y terminar con el 64% del Senado. Para esto, aquellos que dan plata o tiempo a las campañas dígales a sus candidatos que negocien y conformen programa y lista única. Presiónelos para hacer primarias parlamentarias en todas las circunscripciones donde no se pueda llegar a acuerdo en listas comunes. El sistema electoral permite llevar un candidato más que los puestos a elegir. Habiendo cuatro senatoriales que eligen 2 senadores y tres senatoriales que eligen 5, se pueden llevar 30 candidatos al Senado. Ese número es suficiente para que todos tengan un cupo. En la Cámara Baja es más fácil aún porque se pueden presentar 183 candidatos para los 155 cargos.
Finalmente, si no concuerdan en un candidato presidencial, que todos compitan en primera vuelta, pero con programa común y lista parlamentaria única. Así la elección se dará sobre la credibilidad del candidato para hacer lo que promete, para formar equipos que lo acompañen y enfrentar los desafíos enormes que impone la presidencia. La democracia no consiste en sacar más votos, sino en usar inteligentemente el sistema electoral para salir elegido.
Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.
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