Necesaria humillación
Señor Director:La humillante derrota de la izquierda norteamericana —y global— en las recientes elecciones en Estados Unidos le ofrece la […]
Publicado en El Líbero, 18.04.2023Se aprobó reducir la jornada laboral a 40 horas. Nuestra clase política considera que trabajamos mucho y que por eso andamos mal genio y estresados. En Chile tenemos 21 días de vacaciones; 53 fines de semana; 16 feriados. Además, en el sector público hay 6 días administrativos y en el sector privado feriado progresivo. Y prefiero no tocar los cientos de días perdidos por enfermedades truchas cohonestadas por licencias falsas.
Además hemos incorporado la flexibilidad del trabajo remoto. No me parece entonces que vivamos en un país trabajólico. Cuando se bajó la jornada de 48 a 45 horas dijeron que se aumentaría la productividad y seríamos más felices. Eso resultó falso, la productividad bajó y no nos vemos más felices (salvo después del 4 de septiembre). ¿Qué cambió ahora según la ministra? Yo atribuyo el estrés a que estamos con miedo por la inseguridad, pobres por la inflación y el desempleo, y sin esperanza por la falta de crecimiento de le economía. En definitiva nos molesta que trabajamos mucho y ganamos poco y esto no lo mejora la nueva ley. Pero me imagino que los cerebros del Gobierno saben más que uno.
«Es una medida que suena bien y funciona mal. Y lo de la gradualidad es simplemente una forma de llevarse el aplauso político hoy día y traspasarle el muerto a la economía y al emprendimiento del mañana».
La justicia de Estados Unidos en sus inicios rechazó la limitación de jornada de trabajo sosteniendo que a los pobres se les expropiaba su único activo que era la capacidad de trabajo y que al empleador y trabajador se les expropiaba su libertad contractual y esa expropiación se hacía sin debido proceso y sin indemnización. La Corte sostenía que la prohibición de trabajar afecta a los pobres y reduce sus ingresos.
La Ministro del Trabajo difiere de esta opinión. Ella ha dicho que a nadie le bajará el sueldo. Esto demuestra que entiende mucho de política pero poco de trabajo y nada de economía. Si una persona cuesta más de lo que produce la despedirán. Y en el próximo trabajo le van a pagar menos. Si usted quiere seguir ganando lo mismo trabajando menos debe mejorar su productividad, haciendo un curso, aprendiendo algo nuevo, dejando de sacar la vuelta o mejorando sus competencias. Si no lo hizo la vez pasada, hágala ahora porque si no le va a volver a ir mal.
Esta medida atenta contra la tan anhelada igualdad. La gente que trabaja independiente, como los profesionales y dueños de sus negocios, o los gerentes y asesores por cuenta propia que no están sujetos a jornadas laborales, seguirán trabajando más y ganando más. Mientras tanto, los pobres tendrán prohibido trabajar y, si quieren hacerlo, lo harán informalmente. Después que la izquierda no se queje que sus medidas promueven la desigualdad y empobrecen a la gente.
Los empresarios se adaptan como siempre. Ya formaron sus empresas y no pueden llevárselas ni cerrarlas y este aumento de costos es igual para todos, de manera que subirán los precios y le traspasarán el mayor costo a los consumidores.
Lo que echaremos de menos son nuevas empresas y nuevos emprendedores. Las economías no las mueven ni las dinamizan las empresas que existen sino que los miles de emprendedores que pujan por crear empresas. Esos son los que mueven las economías y generan crecimiento. Pero cuando uno se sienta a hablar con alguno de ellos -que tenga una idea empresarial- y le explica la burocracia regulatoria, los costos laborales y tributarios, el pago de patentes municipales, el IVA, las normas sobre inclusión, etc… a medio camino de la explicación ya se arrancó a morir a una jurisdicción más amigable. La verdad es que esta es otra medida disuasiva del emprendimiento que, sumada a la reforma tributaria, nos hará ser más pobres y menos felices, que es lo que buscan los comunistas y esta es una medida impulsada por ellos.
Nuestro Frente Amplio decía que su modelo de desarrollo era imitar a Corea del Sur. Pero allá trabajan y estudian de lunes a sábado y ahora están proponiendo subir la jornada. A lo mejor entendimos mal y se referían a Corea del Norte donde no hay empresas, trabajan poco y se mueren de hambre.
Esta medida perjudica a los pobres, reducirá sueldos, generará menos empleo, aumentará los precios, perjudicará a los emprendedores, aumentará las colas en los hospitales públicos y empeorará los servicios del Estado que tratará de financiar este mayor costo laboral subiendo impuestos. Es una medida que suena bien y funciona mal. Y lo de la gradualidad es simplemente una forma de llevarse el aplauso político hoy día y traspasarle el muerto a la economía y al emprendimiento del mañana. Como los retiros previsionales para que me entienda.
Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.
Señor Director:La humillante derrota de la izquierda norteamericana —y global— en las recientes elecciones en Estados Unidos le ofrece la […]
Publicado en El Líbero, 18.04.2023Estos gobernantes están desprestigiando a nuestra generación. Tener 35 o 40 años no es poca vida. No puede ser que […]
Publicado en El Líbero, 18.04.2023Ministro, parlamentario, militar, literato, marino, miembro alternativamente de los partidos Liberal y Conservador, imperialista, antitotalitario (anticomunista y antinazi por igual), […]
Publicado en El Líbero, 18.04.2023«La libertad no se pierde por
quienes se esmeran en atacarla, sino por quienes
no son capaces de defenderla»