Además, se podría considerar alarmante que incluso hay algunos que están cambiando sus cultivos-incluso sacrificando rentabilidad-, en función de que éstos necesiten menos mano de obra y más maquinaria. Algo que obviamente se intensificará debido a la retrógrada visión estatal y su reforma laboral.
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Las opiniones expresadas en la presente columna son de exclusiva responsabilidad de los autores y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.
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