El 18 de octubre y siguientes
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Publicado en La Tercera, 19.06.2017¿Hay algo más elitista que la elección del Rey Guachaca? Sí, el Frente Amplio. Días atrás, la presidenta Bachelet fue lapidaria al decir que este no surgió desde el pueblo sino que desde las élites vinculadas al poder político. Así, les hacía notar una realidad, que ellos están dentro y no fuera del fenómeno elitista de reproducción del poder. Obviamente, tales declaraciones no gustaron en el naciente bloque que se precia de ser ciudadano y de implicar un recambio en la política.
"Las dirigencias más visibles del Frente Amplio, aunque renieguen de ello, son miembros de la élite y hacen uso de esa condición al mismo tiempo que se quejan de los privilegios."
Es cierto, los del Frente Amplio son un recambio, pero tal como dijo la mandataria, son esencialmente un reemplazo dentro de las élites de la izquierda chilena. La dirigencia del FA no es un recambio ciudadano como generalmente profesan, sino que son la sucesión al interior de la clase dirigente. Paradojalmente, puesto que se quejan de las herencias, ellos son en su mayoría herederos de la Concertación, no solo en cuanto a vínculos, incluso filiales, sino también en cuanto a educación, posiciones e influencias. No cualquier independiente logra que una coalición le ceda un cupo para ser candidato a diputado y tampoco, ninguna organización incipiente logra instalar a algunos de sus miembros como asesores de un ministro, salvo que tengas nexos con esa élite de poder. Así, los que estaban en la cocina, invitan a sus hijos a mirar cómo se preparan los platos y comienzan a entregarles los delantales para hacerse cargo del restaurant.
No es raro entonces que en la estructura dirigente del Frente Amplio no tengan predominancia en la primera línea los Pérez, Soto, Gómez, González ni Tapia. Muchos dirán que eso no es así y que los que figuran con apellidos ingleses, croatas o alemanes (con dos o una n) lo hacen por su méritos, su esfuerzo, su dedicación y su talento. Paradojalmente, dicen que: «a la gente se le debe juzgar por sus ideas, convicciones y acciones, no por donde nacieron ni por quienes son sus padres/madres”, tal como dijo el diputado Boric. Es decir, piden ser juzgados bajo un criterio que muchas veces niegan a otros, los cuales son apuntados en base a sus apellidos o quiénes son o han sido sus padres. Salvo, obviamente, que sea candidato del propio Frente Amplio. Ahí no importa tanto si tu padre fue un cómplice pasivo de la dictadura.
Lo cierto es que las dirigencias más visibles del Frente Amplio, aunque renieguen de ello, son miembros de la élite y hacen uso de esa condición al mismo tiempo que se quejan de los privilegios. Es decir, los reproducen, porque en el fondo no pueden ir contra la ley de hierro de las oligarquías.
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Las opiniones expresadas en la presente columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.
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