Trump, Teletones y despilfarro
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Publicado en El Líbero, 26.03.2021En estos meses donde el debate constitucional estará más vivo que nunca, un musical que nos invita a reflexionar sobre valores y actitudes para enfrentar un periodo de cambios, con una lectura política, histórica y social interesante sobre cómo se ordenan las naciones.
La independencia de Estados Unidos fue, para muchos, un punto cúlmine de las ideas de la Ilustración y los ideales de libertad. Dicho hito fue seguido de revoluciones y movimientos independentistas en distintos puntos del globo, incluso en Chile. En estos meses donde el debate constitucional estará más vivo que nunca, consultar con la historia desde el arte y la interpretación del pasado resulta interesante. En ese sentido, un imperdible es el musical Hamilton (2016), que retrata la vida personal y profesional del padre fundador Alexander Hamilton, un hombre que surgió de lo más bajo para convertirse en la mano derecha de George Washington. Este éxito de Broadway logra mostrar el pasado en clave actual, con música original y con debates que siguen estando vigentes.
Hamilton es la obra perfecta para cualquier aficionado del teatro, la música, los procesos históricos, o que está siguiendo el proceso constituyente actual. Esta entrega comienza manifestando la importancia de contar historias y, de hecho, hace explícita la obsesión por el protagonista de que su nombre quede escrito para posteridad. Inmigrante nacido en el Caribe, hijo de una relación extramatrimonial, y huérfano antes de la adolescencia, Alexander pesa de esa “invisibilidad social”, y comienza a trabajar y estudiar desde muy joven. Su incorporación a la revolución y posterior fundación del país también dan cuenta de esta intención de “hacer historia”, ya fuera escribiendo o, incluso, volviéndose un mártir.
Todo lo anterior está contado a través de números musicales originales y en su mayoría escritos por el creador de la obra, Lin-Manuel Miranda, quien demoró casi una década en convertir la biografía del prócer en una obra presentable en los escenarios de Broadway. En esta, el rap toma un rol fundamental y le otorga dinamismo a las conversaciones y debates de los personajes. Todos excepto el rey, que tiene música foránea, y cuya balada se le quedará dando vueltas a muchos en la cabeza.
Perspectiva histórica honesta
Un atributo importante de esta entrega es que presenta a los personajes más allá de sus roles de héroes y villanos y logra mostrar los grises y vicios que se baten con el poder. Hamilton es humano, y como tal tiene importantes falencias en su vida personal y profesional. La muerte lo acompaña durante toda su vida. Con esta, la noción de que el tiempo se acaba, los días pasan y los legados no se construyen por sí mismo. Hamilton carga en la espalda este miedo y hace todo lo posible por aprovechar sus días sin descanso, al punto en que deja a un lado otras prioridades o a su familia.
En cuanto a las falencias en la vida política, la preguntas sobre el poder y quién y cómo se debe gobernar un país, chocan con las personalidades e intereses de las mismas figuras que se presentaban como aliadas. En una época donde la democracia era un sistema nuevo, muy distinto a la propuesta griega, y que además era muy teórica, la regulación y la limitación de las facultades de los gobernantes se convirtió en una innovación que era difícil de imaginar para pueblos que llevaban siglos bajo sistemas monárquicos o coloniales. La obra muestra cómo muchas cosas pudieron salir mal.
El debate constitucional
Pero en Hamilton la independencia es solo el primer acto, la revolución y la guerra quedan atrás, y entonces la gobernabilidad y las ideas se convierten en los protagonistas de la obra. Este musical toma un proceso tan complejo como la fundación de los Estados Unidos y el proceso constitucional, y le otorga peso al debate y a los intelectuales. La habilidad de Hamilton para escribir, crear, pensar e idear lo convierte en un actor (literal y figurativo) clave en el proceso en el que se decidieron las bases institucionales de la primera democracia moderna, y esto se inscribe en su rol como mano derecha de Washington. La obra va incluso más allá; plantea lo innovador que fue, por ejemplo, la idea de alternancia del poder o las fuertes discusiones que se dieron en torno al régimen financiero que operaría en los EEUU.
En ese sentido, y con un proceso constitucional a la vuelta de la esquina, esta obra nos invita a reflexionar sobre valores y actitudes para enfrentar un periodo de cambios, con una lectura política, histórica y social interesante sobre cómo se ordenan las naciones. Si te interesa ahondar en esto último, esta semana en el podcast “La Tribu” de Sonido Libre también comentamos Hamilton, junto con el abogado, máster en Gestión Cultural y quien está muy ligado al proceso constitucional: Ricardo Neumann.
Este musical, que lleva varios años siendo un éxito Broadway, ahora puede verse en streaming con subtítulos en español en Disney +.
Puedes ver el trailer aquí:
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