Rafael Rincón-Urdaneta, director de Estrategia y Relaciones Internacionales FPP, sostuvo una conversación junto a la activista nicaragüense Edipcia Dubón y a José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch.
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Una situación humanitaria preocupante. Esa es la forma en que varios organismos internacionales, como Naciones Unidas, se refieren a la tensión política que hoy vive Nicaragua. Esto debido a la persecución, tortura y asesinato de las autoridades del gobierno contra los grupos opositores al Presidente Daniel Ortega.
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Para comprender con mayor detalle esta realidad, el director de Estrategia y Relaciones Internacionales de la Fundación para el Progreso (FPP) conversó con José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch, y la activista nicaragüense Edipcia Dubón.
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Dubón explicó que en su país han cuantificado en alrededor de 400 las víctimas fatales y que la represión del gobierno contra los manifestantes ha sido tremenda. “La gente de Nicaragua sigue en las calles, aunque no aparezca ya en los medios. Tenemos puesta la confianza en el pueblo, en nosotros mismos, porque las instituciones internacionales no van a solucionar esto", dijo Dubón en el panel.
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Rincón-Urdaneta comentó, a propósito del contexto político, el rol de fuerte liderazgo que Venezuela asumió como impulsor del socialismo del siglo XXI en la región, algo que se materializó en propuestas como el ALBA, un grupo que integraba a países con gobiernos de izquierda apoyados por Venezuela y su poder petrolero. Entre ellos está Nicaragua. “Esto significó que Venezuela tuviera mucha influencia, pero el debilitamiento del proyecto, tras la muerte de Chávez y el deterioro venezolano, ha teniendo consecuencias para el resto de los miembros del pacto”, explicó.
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Por su parte, Vivanco puso énfasis el del desmantelamiento institucional progresivo que ha sufrido Nicaragua. También diferenció el caso de otros, como el de Venezuela. Aclaró que, si bien hay similitudes, como la naturaleza dictatorial, tienen circunstancias muy diferentes. El defensor de los derechos humanos explicó que, bajo su visión,
el gobierno de Ortega es mucho màs vulnerable que el venezolano, entre otras cosas por su dependencia. Además ha habido una reacción internacional más severa y oportuna.
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De hecho, a fines de agosto, Naciones Unidas anunció, mediante un comunicado, que la organización se oponía a “la represión y las represalias contra los manifestantes prosiguen en Nicaragua, mientras el mundo aparta la vista”. Esas fueron las palabras del entonces alto comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Zeid Ra’ad al Hussein.
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El panel se realizó en el American Center, Embajada de Estados Unidos en Praga, República Checa, como parte de las actividades del Forum 2000.
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