En el actual contexto, la política social más revolucionaria en Chile sería implementar un impuesto negativo al ingreso. Es decir, dirigir los recursos obtenidos de impuestos, no a burocracia estatal destinada a programas sociales, sino directamente a las personas.
Leer más«El progreso no es una bendición ininterrumpida.
A menudo viene con sacrificios y luchas»