El espíritu del 5 de octubre
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Publicado en El Mercurio de Valparaíso, 03.08.2023A propósito del paro nacional de profesores, es necesario reflexionar sobre las graves consecuencias de estas medidas y cómo afectan directamente a la educación en Chile.
Es innegable que la educación en Chile atraviesa una crisis profunda, y el paro de profesores no hace más que agravar la situación. Es lamentable que, una vez más, se utilice la herramienta del paro nacional como instrumento político de presión sin escatimar los daños que causan a niños y adolescentes, a pesar de la grave crisis educativa por la que atraviesa el país. Las intenciones y acciones deberían centrarse en dar soluciones al sistema educativo y no en profundizar el daño ya causado.
A nivel regional, es preocupante el alarmante aumento del deterioro de la salud mental entre adolescentes. Si bien este fenómeno puede tener múltiples causas, es indudable que la pandemia y la forma en que el sistema educativo reaccionó han tenido un impacto negativo en la salud mental de los niños y adolescentes. En este sentido, es importante que tanto los profesores como los colegios asuman un rol activo en el apoyo y cuidado de la salud mental de los estudiantes. Cabe destacar que las aulas han demostrado ser espacios adecuados y confiables para ellos. Sin embargo, si el Colegio de Profesores sigue yéndose a paro, los efectos contraproducentes que afectan el bienestar de los jóvenes pueden continuar.
«El paro de profesores, aunque puede ser una expresión legítima de demandas, no puede seguir utilizándose como una herramienta, ya que es sabido que los más afectados siempre serán los estudiantes en situaciones más vulnerables».
Es fundamental basar nuestras opiniones en datos y evidencias sólidas. Según los datos recopilados por Acción Educar, la suma de la inasistencia grave y riesgosa durante marzo y abril de este año equivale a más de 2 millones de estudiantes afectados. Esta cifra es alarmante y refleja el impacto negativo que las huelgas y la crisis educativa tienen en la formación y el futuro de los niños y jóvenes.
Es importante recalcar firmemente la importancia de buscar soluciones efectivas y responsables para la educación en Chile. El paro de profesores, aunque puede ser una expresión legítima de demandas, no puede seguir utilizándose como una herramienta, ya que es sabido que los más afectados siempre serán los estudiantes en situaciones más vulnerables, agravando la crisis educativa y de salud mental entre adolescentes. Es hora de que todos los actores involucrados se unan en un esfuerzo conjunto para garantizar una educación de calidad y un futuro prometedor para las nuevas generaciones.
Las opiniones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente representan las de Fundación para el Progreso, ni las de su Directorio, Senior Fellows u otros miembros.
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